«Sin bloqueo pudiéramos hace mucho más»

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organopónico 01Es la vía más rápida que tiene la agricultura cubana para producir alimentos. Su efectividad ha sido probada muchas veces tras el paso de huracanes y otros fenómenos meteorológicos extremos, que han devastado plantaciones a lo largo de Cuba.
A finales del 2020, por ejemplo, cuando varios ciclones incidieron sobre la Isla, fue capaz de generar hortalizas, a pocas semanas de que se emprendiera la recuperación.
Sin embargo, la agricultura urbana pudiera hacer mucho más, si no fuera por los efectos del bloqueo económico, comercial y financiero que el gobierno de los Estados Unidos impone por más de seis décadas a nuestro país.
Así lo cree Miguel Ángel Espinosa, administrador del organopónico Ingeniería # 1, uno de los más productivos de Pinar del Río.
En 0,5 hectáreas, esa instalación, ubicada en el reparto Hermanos Cruz de la capital pinareña, ha logrado un promedio de más de 20 kilogramos de hortalizas por metro cuadrado.
Miguel Ángel asegura que por lo general, en sus canteros crecen no menos de 18 tipos de verduras, condimentos y plantas aromáticas, que van desde el tomate, el pepino y la col, hasta el apio, el perejil, la espinaca, el cebollino y la lechuga.
Con ellas, abastecen dos puntos de venta que poseen en la ciudad pinareña y una casa de abuelos.
En esta última, aseguran diariamente más de 300 gramos diarios de hortalizas de más de seis tipos distintos, a alrededor de 60 comensales.
Aunque se dice fácil, Miguel Ángel afirma que ello demanda un esfuerzo enorme. Mientras en la agricultura convencional, la tierra se prepara con bueyes o tractores, aquí hay que hacerlo con guataca, advierte.
Aun cuando la agricultura urbana se ha ganado un espacio en la mesa de muchos hogares cubanos, este experimentado agricultor afirma que sin la política hostil con que la Casa Blanca ha tratado de hundir la Revolución Cubana, su aporte sería superior.
Una nota divulgada recientemente por el Ministerio de la Agricultura, refleja que en el último año, los daños ocasionados por el bloqueo en este sector, superan los 350 millones de dólares.
Es el resultado de la persecución de los buques que trasladan el combustible al país, entre otras acciones para la obstaculización del comercio, e impedir la adquisición de tecnologías y otros insumos para producir alimentos para la población.
Solo sobre las pérdidas relacionadas con la imposibilidad de adquirir informaciones técnicas y tecnologías de origen estadounidense, más eficientes y menos consumidoras de materias primas y energías, se estima una afectación de unos 75 millones de dólares.
En su caso particular, Miguel Ángel considera que entre las afectaciones directas del bloqueo, están las dificultades para adquirir sistemas de riego, algo indispensable para la vitalidad de los organopónicos.
«Sin ellos, la productividad se reduce enormemente», advierte.
«A eso le sumamos la incidencia de no poder contar con túneles semiprotegidos, que pudieran permitir la cosecha de hortalizas de hojas en meses de verano, cuando la temperatura y las radiaciones solares son muy intensas y es necesario reducirlas.
«También nos golpea el costo elevado de las semillas y el hecho de que en ocasiones, no puedan llegar a nosotros a tiempo. Incluso hay algunas que dan muy buenos rendimientos, superiores a los de las variedades tradicionales, de ciclo más corto, que ahorran insumos y esfuerzos, y no podemos contar con ellas».
Como si fuera poco, considera que el acoso sobre otras áreas de la economía también incide en ellos.
Las restricciones a los ciudadanos norteamericanos para que no puedan viajar a la Isla, y las presiones de manera general contra el turismo, por ejemplo, limitan los encadenamientos con ese importante sector.
«No hay dudas de que la vida de los cubanos sería distinta sin el bloqueo y los enemigos de la Revolución lo saben bien. Las posibilidades del país para desarrollarse serían mucho mayores, porque no hay una solo sector que escape a su influencia», considera Miguel Ángel.
Sin embargo, afirma que por más fuertes que sean las presiones, los cubanos hemos sabido resistir y salir adelante. «Ninguna medida de los enemigos para tratar de doblegarnos, logrará desviarnos del rumbo que decidimos hace más de seis décadas, de construir una Cuba soberana».

 

 

 

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