En todo tiempo los instructores de arte de Minas de Matahambre aportan con su talento esa otra dimensión especial. Ellos son los encargados de transformar la cotidianidad en un espacio más significativo. Con su creación sistemática destierran el aburrimiento propio de los días.

Desde el teatro, la danza, artes plásticas, música y literatura son capaces de propiciar nuevos universos. A través del arte que generan queda demostrada la grandeza del ser humano.

También los diferentes públicos que asisten a sus presentaciones agradecen el hecho cultural. Mediante estas propuestas alimentan el espíritu y la existencia se torna más soportable. La relación que surge entre el artista y espectador llega un momento que fusiona en emoción irrepetible y es ahí donde surge el secreto impenetrable de la escena.

Así mismo el movimiento de artistas aficionados le debe a los instructores la superación personal y profesional. Gracias a los talleres de arte y de apreciación los educandos de todas las disciplinas crecen de forma intelectual, a la vez que interpretan el mundo circundante desde una visión más rica e inteligente.

Los instructores de Minas de Matahambre son reconocidos en todos los escenarios sociales por su entrega y compromiso con la Revolución. En cada acto político y desfiles por el Primero de Mayo hacen acto de presencia cargados de nuevos bríos.