El intercambio entre población y autoridades del Gobierno es una práctica habitual entre los pinareños, aunque no siempre se conoce en la magnitud necesaria.
Hace solo días la Asamblea Provincial peinó, por así decirlo, a San Juan y Martínez con el objeto de conocer de primera mano la cantidad de problemas solucionables o no, pero que la gente pueda canalizar libremente sus criterios.
Algunas expresiones son de agradecimiento y otras no. Emerge la crítica y el reproche, pero todos válidos, porque la mejor manera de que el Poder Popular encuentre las mejores vías es intercambiando con los vecinos y eso está previsto en sus líneas de perfeccionamiento.
El consejo popular de Galope es una acuarela de situaciones, algunas estampas bellas que se conjugan en las finas vegas de tabaco y otras menos agradables, como casas derruidas de cuando los huracanes, maltrechas facilidades temporales mientras renazca el nuevo hogar; caminos en mal estado, la ausencia del yogur en un barrio, el bajo voltaje, postes de electricidad en mal estado… pero existe la esperanza.
En 42,5 kilómetros cuadrados hacen su vida más de 4 300 personas, una mayoría aferrada al sustento de la tierra y con tabaco como la mejor hermosa fotografía, aunque hay cultivos varios, actividad forestal –porque son parte del Plan Turquino- y algo de ganadería.
La alimentación es la queja principal, pero Humberto Marín, presidente del consejo, y Oscar Ponciano, director de la UEB El Jíbaro, se muestran optimistas y explican con lujo de detalles cómo aumentarán los suministros agroalimenticios.
Su lógica es que si la CSS Lenin con la reciente contratación logró aumentar en ocho toneladas su producción, si se suman a las tres CSS restantes, dos UEB y la unidad de ganadería, entonces habrá más comida.
Las situaciones son disimiles, pero quizás lo que más está en boca de todos, es el mal estado del camino La Comuna- Corojal- Galope, que dicho de paso está incluido en el Plan de la Economía para este año.
Como si fuera al calco de lo que ocurre en otros municipios, se repite la dificultad de que el agua llegue a las viviendas, y lo que más enoja es que existe, pero se derrama antes de llegar a casa por las malas tuberías.
El territorio tienes seis circunspecciones: Manaca, El Jíbaro, Piedra- Las Verbenas, La Comuna, El Corojal y Galope, y una constante es los subsidios.
El técnico Luis Enrique Vento, dice que se han beneficiado 13 familias y hay cinco aprobados entre los más recientes y en todos se trabaja, aunque no faltan los morosos o los que realmente necesitan de una ayuda extra por edad avanzada o búsqueda de soluciones por falta de conocimientos.
Leonarda Marín Colombé, de 86 años, perdió su casa por un huracán en el 2002, le fue aprobado el subsidio en 2017 y espera en unos meses disfrutar de su casa, porque su esposo es mayor que ella y uno de sus dos hijos está bajo tratamiento de diálisis.
A unos metros, cruzando la carretera, está Esperanza Colombé Chacón, que igualmente espera, aunque su caso fue doloroso: el constructor contratado prácticamente le estafó 8 000 pesos, la justicia casi resolvió el problema, pero se le atrasó la casa.
En Manaca intercambiamos con el doctor Luis Manuel González, que en su consultorio atiende a 459 pacientes, y cuando interrogamos por los principales problemas en la dispensarización sentenció: alcoholismo y tabaquismo y todo lo que se deriva de ahí. La paradoja es que en la habitación contigua, el establecimiento de al lado solo expende bebidas alcohólicas y cigarros.
Además de médicos, en la extensa caminata hablamos con bodegueros, panaderos, trabajadores sociales –quienes con urgencia deben esclarecer algunos casos-, gente de a pie, curiosos que siempre opinan y otros de los que sudan la gota gorda en cada jornada.
Entre esos está Yuniel Capote, que con otros operarios, tienen un taller vinculado con la Empresa Municipal de Construcción Civil y ayudan a fabricar casas subsidiadas. Ellos pueden entregar cada mes 34 000 bloques, 55 vigas y 120 losas, lo que equivale a paredes de 47 viviendas y media, vigas para cinco techos y losas para casi cuatro.
Cuando hablamos de viviendas nos referimos a las subsidiadas por el Estado, que regala a personas con bajos ingresos económicos 85 000 pesos. De ellas se harán en el plan de Pinar del Río más de 1 600 en el año. En el coste se incluye todos los materiales, el trasporte y el pago de la mano de obra de los constructores.
No muy lejos del lugar otro fabricante, por método parecido, produce tanques de cemento para agua y quizás no esté lejos de que aparezca algún colectivo emprendedor y pueda aprovechar las facilidades de un antiguo tejar en desuso - en Yagua Chica - a unos kilómetros de allí, donde hay un molino de piedras, dos tanques para almacenamiento de agua o combustible y facilidades para levantar el techo.
En la visita, además de cuadros del Poder Popular Provincial, estaban diputados y funcionarios del Partido.
Una reunión operativa, a la vera del camino, puso de acuerdo a dos organismos y en unos días, quizás par de semanas, el quiosco que se había retirado por falta de seguridad de sus productos se va a alojar en un lugar confiable que dará mejor servicio a los vecinos. Esa es la importancia del cuando el Gobierno pone el oído a la tierra.
Esta anciana espera por su nueva casa antes de que lleguen las lluvias. Al fondo donde reside actualmente.
Un taller privado con ayuda estatal aporta elementos para subsidios.
En una bodega nos dieron quejas del pan, por eso visitamos la panadería El Central... pero pensamos diferentes.
Un molino de un antiguo tejar, quizás puede reutilizarse.
1- Que no debe utilizar un lenguaje ofensivo.
2- Que debe ajustarse al tema del artículo.
Redpinar se reserva el derecho a no publicar los comentarios que incumplan las políticas anteriores.