Sunilda sigue enamorada de su trabajo

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 Sunilda Delgado Montano es una jubilada de Educación, que sigue enamorada del trabajo que realizó toda su vida. Muy jovencita, con apenas 20 años, comenzó a laborar en el círculo infantil Enrique Echevarría, y desde ahí supo que esa iba a ser su tarea por siempre, porque nada mejor que enseñar y cuidar  a los más pequeños.

“Allí el trabajo fue muy bonito, el círculo pasó a ser interno, y en aquel entonces  se prepararon los niños que  vinieron de la casa cuna de La Habana”.

Después de 13 años pasó a otros círculos,  como subdirectora de Carrusel,  también en el Isabel Rubio y Los Criollitos, hasta que hizo falta que fuera al Adela Azcuy a cubrir como directora.

“Estuve cuatro años del 96 al 98, cumpliendo una misión importante porque en los círculos infantiles es lo más lindo en lo que una persona pueda trabajar. Son niños que las madres dejan en el centro para que los cuiden durante el día, algo que hace falta en nuestro país para que la mujer pueda realizarse.

“En ese tiempo dirigimos al personal, educamos a los padres, dimos charlas educativas, preparaciones metodológicas a las educadoras, cumplimos la docencia y estuvimos siempre al tanto de que el círculo tuviera la limpieza e higiene requerida y  tuviera buen resultado.

“Durante los 39 años y medio de trabajo dediqué también el tiempo  a cumplir misiones en el Programa educa a tu hijo, a ser metodóloga en Educación, y me jubilé en la Roberto Amarán, con la  preparación de niños para el círculo infantil”.

De sus años como educadora y directiva, Sunilda tiene buenos recuerdos.

“Fue muy bonito porque pude expresar todas las ideas que tenía para poder llevar una educación a los niños, presenté muchos trabajos científicos a nivel municipal, sobre todo relacionado con la literatura artística, y traté de que las demás educadoras participaran,  a través de unos poemas que creé, y que combinábamos con las actividades.

“Si hablábamos por ejemplo de algún animalito, terminábamos con una poesía sobre el tema; me dediqué mucho a incentivar el trabajo de las trabajadoras,  y de que se sintieran bien en el día del Educador,  así mismo con la enfermera”.

 Viaja en el tiempo esta mujer septuagenaria, y va a sus primeros años de  trabajo en los círculos infantiles.

“Los inicios fueron bonitos y fuertes, porque el personal que dirigía en ese tiempo en Educación Provincial era muy exigente.

“Es que teníamos en las manos lo más valioso de cada casa; estábamos comenzando y debíamos enseñar al personal, y  también educar a los padres, para que llegaran al círculo correctamente vestidos; fue una revolución muy bonita,  y la satisfacción es que los niños de esa etapa,  están hoy todos casados, tienen hijos, formaron sus familias, y son personas de bien.

“Al principio algunos padres temían dejar los niños pequeños, pero al ver que las educadoras dedicaban el día entero al trabajo con los niños, además de la educación y preparación que se le daba a ellos en las reuniones de padres,  comenzaron a tener más confianza. También veían la seguridad que había,  porque no podía venir ninguna persona a buscar un pequeño que no fuera la familia o persona autorizada”.

Sunilda vive orgullosa del momento que le tocó vivir y de la función social que cumplió.

“Nunca me arrepentiré  de mi profesión, y todavía jubilada  aporto, porque cada vez que una educadora del círculo me pide un poema yo se los doy de los que hice, tengo mi folleto de rimas y poesías.

“En las jornadas científicas hice trabajos sobre las cualidades morales que había que formar en los niños, y hoy en día estoy al tanto en las redes sociales sobre las medidas que se deben tomar en estos momentos en los círculos infantiles

“Estoy agradecida,  porque todo el personal que me conoció cuando yo trabajaba,  todavía me dicen: “Suni que falta haría que tú estuvieras, pero ya yo tengo setentipico de años…

“Me jubilé porque me llegó la hora, y tenía algunos problemas familiares, pero me sentí muy bien y sigo identificada con todo el personal de los círculos infantiles, que siempre me acoge con alegría”.

 

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