Abdala en Pino Gordo y Arroyos de Mantua

Imprimir
powered by social2s
Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
 
Valoración:
( 0 Valorar )

 Vacunación_19_Arroyos_de_Mantua.mp4_000144477.png

 Cerca de 8 000 dosis de Abdala han sido administradas en Mantua, durante las últimas jornadas, como parte del esfuerzo que realiza el país para inmunizar a la población antes que finalice el año en curso.

La carretera recibió una capa de mejoramiento en estos día; avanzo despacio cegado por el polvo que levantan los equipos agrícolas, pero me propuse ser testigo de la última jornada de vacunación con Abdala, a las personas mayores de diecinueve años en los consejos populares de, Pino Gordo y Arroyos de Mantua.

El médico es recién graduado y ya está en la pelea. Le sonrío y me devuelve el gesto con los ojos. Hay pacientes en los bancos bajo los almendros y otros ya transitan del chequeo de la presión arterial al vacunatorio; algunos ríen, disputándose no ser entrevistados, pero Alexander Reyes, joven campesino de la zona, con ese toque guajiro que solo se manifiesta en Mantua accede a conversar:

_ Muy contento con la vacuna Abdala, para no enfermarme y sentirme mejor…

_ ¿Y en casa, todos vendrán?

_ ¡Vendrán, no! ¡Ya están aquí y vamos a volver pa’ la otra!

_ ¿Y te dolió la vacuna?

Me mira azorado, macho como suelen ser por estos lares y me suelta:

_ ¡Qué va!, Eso no duele a un hombre. ¡Eso lo que lo salva!

Me despido y avanzo hacia el consultorio cercano al centro escolar. Allí sobresalen las batas blancas del personal de salud. El proceso se repite: control de signos vitales, vacunación y observación en las aulas cercanas. Allí converso con los que esperan la hora de rigor para marcharse a casa.

 

Vacunación_19_Arroyos_de_Mantua.mp4_000097497.png

Javier Travieso Ríos es relativamente joven, muy trigueño y lleva un sombrero de ala ancha. Me dice que sí, que el habla, que es uno de los agradecidos.

_ Estábamos esperando la vacuna Abdala desde hace unas semanas, y hoy amanecí por aquí.

_ ¿Y la vega? – le pregunto.

_ La vega hoy puede esperar, primero la vacuna pa’ no enfermarme y no enfermar a la familia.

Avanzo increíblemente por la recién mejorada carretera, único acceso a Arroyos de Mantua y mayor preocupación de pobladores y autoridades por el estado en que se encontraba hasta finales del mes de agosto.

En el consultorio de la calle principal me recibe Gonzalo Ramos, el delegado. Hombre bueno, preocupado por la comunidad que ha creado todas las condiciones para que, “sus muchachas de salud Pública” solo tengan que vacunar con Abdala.

Entro a los predios de la doctora Beatriz, una de las heroínas de la primera oleada de Covid-19 en el poblado costero y la saludo con un ademán. Sus ojos sonríen, pero comprendo que no está para entrevistas. No obstante, me dice:

_ Abdala es la fuerza de nuestra patria. ¡Viviremos!

En el vacunatorio la seño es asistida por voluntarios de la comunidad, entre ellos, la profesora Mayulys que le lleva el registro estadístico.  Ocupa la silla Ramoncito Escandell y le pregunto por sus impresiones del momento.

_ Muy feliz por vacunarme. Hemos resistido la pandemia con confianza en que este momento llegaría.

_ ¿Sientes temor de la vacuna?

_ No, para nada. Abdala la hicieron “monstruos” de la ciencia cubana. ¡Aquí todo está garantizado!

Hay disciplina entre la población, pero los activistas no dejan a nadie fuera del carril. Siguen medidas de seguridad para mantener a las personas distanciadas.

En un banco al costado del consultorio, Aurora Fernández Arias espera el tiempo de rigor para marcharse a casa.

 _ Muy contenta porque llegara la vacuna a Arroyos, ahora vamos a estar un poco mejor, más seguros.

 Igual piensa Yudelsys Díaz Hernández del mismo barrio y vacunada con Abdala en la mañana de este último día de vacunación.

_ Para que todo vuelva a parecerse a lo de antes, y con la vacunación de los niños para que vuelvan a la escuela, que ya la extrañan y se desacostumbran.

En el consultorio del barrio Melones, los vecinos esperan en los portales. Algunos ya se vacunaron, otros esperan y bromean.

 

Vacunación_19_Arroyos_de_Mantua.mp4_000051818.png

_ Entrevísteme, periodista- me dice una señora delgada de ojos reidores- O mejor no, ¡A mí no! A él- dice señalando a un señor serio que se pone todo colorado.  La joven delegada, Dianelys Miranda Corrales lo salva del mal momento y declara por sus electores.

Vacunación_19_Arroyos_de_Mantua.mp4_000072372.png

_ Como ves, hay alegría, pero mucha disciplina, que es lo que nos caracteriza a los de aquí. La verdad es que estábamos un poco preocupados porque volvimos a tener contagios aquí y la vacuna Abdala no llegaba. Pero ahora es una realidad.

_ ¿Y cómo están apoyando a los médicos y enfermeras?

_ ¡Muy bien! Como ellos se merecen y a la altura del esfuerzo que han hecho estos muchachos y muchachas.

Me dirijo al buró donde la joven doctora, Lidia Moreno Miranda atiende a sus pacientes.

_ Hemos vacunado con Abdala a casi toda la población mayor de 19 años de nuestra área de salud, y hasta ahora todo marcha bien. Seguimos la lucha contra la pandemia.

Y en verdad siguen la lucha. En otros dos consultorios de Arroyos de Mantua vemos iguales imágenes de esperanza. Antiguos amigos me saludan. Otros que me reconocen de la televisión me hacen guiños tímidos que correspondo sin falta.  Son la argamasa de un pueblo que ha sufrido mucho, que tiene pérdidas de sus seres queridos y, sin embargo, no pierde la esperanza.

 

 

 

 

 

 

 

powered by social2s