Con las fuertes lluvias vespertinas el camino ha perdido el polvo y hoy se antoja pista para correr o jugar al fútbol. Libertad de pies descalzos, y camisas quitadas, como solo puede suceder bajo el sol de Cuba, en un barrio mantuano o en una calle habanera donde las actividades deportivas siempre son bienvenidas.
“Hemos hecho muchas actividades y competencias- dice Elena, de 11 años de edad- y vamos a seguir haciendo cosas para entretenernos hasta el fin del verano”
El juego más practicado es el dominó, pero los divertimentos para gastar energías están a la orden. Entre ellos los relevos, y la gustada soga para medir las fuerzas de los equipos en competencia.
“Cuando uno ve tanta alegría y aceptación, dice José Germán, profesor de Educación Física, piensa que valió la pena venir, y mañana ir a otro barrio y recorrerlos todos”.
Para Gladys Hernández Cáceres, directora del Combinado Deportivo local, los espacios concebidos aportan a los chicos mañanas muy divertidas, a pesar de las altas temperaturas.
“El sol es fuerte, pero está la sombra de los árboles y el deseo de los pequeños de jugar es mayor. Por eso el personal del Combinado viene hasta los barrios, que es donde mejor son recibidas las actividades”.
Las rifas y competencias siempre aportan pequeños tesoros que, seguramente, resultaran de utilidad cuando inicie el curso escolar.
“Me gané lápices y libretas en las actividades, dice Robe, un chico de nueve años, y las voy a guardar para el comienzo de las clases en septiembre”.
Es la obra coordinada de quienes tienen la misión de hacer que la temporada estival sobresalga por sus opciones y actividades recreativas, desde las limitantes que imponen los tiempos.