Por Gerardo Ortega Rodríguez
María la Gorda, la hermosa playa del occidente cubano, bañada por las aguas de la Ensenada de las Corrientes, recibe su nombre por una leyenda que a través del tiempo se ha ido enriqueciendo con diversas versiones. Todas, sin embargo, parten de su origen piratesco y coinciden en hablarnos de una bella joven que fue raptada y quedó, como parte del botín, junto a otras mujeres, en poder del pirata que hacía de este lugar su campamento habitual.