El hombre de los jugos

Imprimir
powered by social2s
Inicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivadoInicio desactivado
 
Valoración:
( 0 Valorar )

jugosSi usted no había estado en ella antes, seguramente le costará trabajo creerlo, pero Daniel García Bravo asegura que hasta finales de los años 90’, la tierra donde hoy trabaja, estaba llena de piedras y apenas tenía capa vegetal.
“Cuando llegamos aquí, hace casi 20 años, toda esto era guao y rocas”, dice este este técnico medio en economía devenido campesino, mientras señala la finca, en la que hoy crecen 39 tipos distintos de frutales.
“Primero tratamos de acondicionarla con un tractor, pero el arado se trabó en las piedras y se volcó. De modo que tuvimos que hacer todo a mano”.
Al inicio, solo se plantó fruta bomba, pero con la asesoría del movimiento de la agricultura urbana y la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF), se irían sumando decenas de cultivos, una laguna artificial para la cría de peces, una nave para la cría porcina, un biodigestor para el tratamiento de residuales y la obtención de energía limpia, y una mini-industria para procesar cuanto se coseche en ella y en otras fincas de la cooperativa.
Su logro más importante, sin embargo, ha sido abrir y mantener varias jugueras en centros educacionales y de salud de la capital pinareña.
La primera de ellas, funciona hace más de 11 años en el hospital Abel Santamaría, la principal institución de salud de Pinar del Río, rememora Daniel.
Cuenta que todo surgió por iniciativa del movimiento de la agricultura urbana, suburbana y familiar, en una oportunidad en que tenía una cosecha muy grande de frutas.
“Nos hicieron la propuesta de abrir una juguera, que sería la primera de su tipo de la provincia, y se escogió el hospital, por el impacto social que podría tener allí”.
La experiencia, en su momento le valdría a él y a su finca, ubicada en las afueras de la ciudad de Pinar del Río, la doble excelencia de la agricultura urbana, suburbana y familiar.
Pero no es el único reconocimiento que ha recibido. El trabajo sostenido le ha permitido sumar desde entonces, la tercera, la cuarta, y la quinta excelencias.
Después de la primera juguera, en el hospital, con el apoyo del consejo de la administración provincial y del sistema de la agricultura, creó una segunda en el hogar matero de Pinar del Río.
Luego otra en la Universidad Hermanos Saíz, otra en el hogar de ancianos, y por último, una en el Instituto Preuniversitario Vocacional Federico Engels.
En total, más de 2000 vasos entre jugos y coladas se ponen a disposición de la población todos los días, en esos establecimientos que Daniel, con el apoyo de otros productores de su cooperativa y de la zona, mantienen abiertos en la ciudad, como una muestra de lo que se puede lograr cuando se trabaja con dedicación y empeño.

powered by social2s