Empoderar a la mujer trabajadora, brindarle herramientas para su emancipación y fomentar su autoestima es de los propósitos de la Casa de orientación a la mujer y la familia. La FMC en La Palma, dentro de las jornadas a favor de la ¡No! violencia contra las mujeres y las niñas, desarrolla actividades en centros de alta concentración de fuerza femenina.
Las productoras tabacaleras no cesan de trabajar, atentas a la charla que el profesor de la universidad de La Palma, Francisco Diañez Feíto, les ofrece.
El taller de escogida ubicado en la cabecera del municipio, donde el aroma a tabaco en rama, los rostros sudorosos y las manos inquietas son como una danza permanente, recibe a los visitantes que llegan desde varias instituciones locales.
Para Diañez la comprensión del papel de las mujeres como centro de la familia es algo que debe comenzar por ellas mismas. Son las que dan la primera enseñanza a sus hijos y explica por lo tanto, que los valores dependerán para romper el estereotipo patriarcal de la sociedad.
Indagando entre las obreras, Marisela Rodríguez expresa su agradecimiento a este tipo de intercambio, que pone a la mujer en mejores condiciones ante los actos de violencia y no siempre se manifiestan físicamente.
Para las funcionarias de la FMC llegar a los colectivo femeninos es un acto de retroalimentación.
Para Suleidys Ávila, funcionaria en La Palma: “A este centro hemos venido en varias ocasiones y siempre es gratificante conocer sus inquietudes, sus historias personales de vida. Salimos de aquí con nuevos bríos y con muchas ideas frescas.”
La mujer cubana y palmera en particular mucho ha conquistado. Al lado de los hombres construyen la familia, fecundan una sociedad, aunque imperfecta, pero llena de matices que en su conjunto acrisolan una identidad que mucho tiene de su sello personal.
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