Los estudiantes de medicina, como guardianes de la salud, recorren cada mañana en varias direcciones, con el propósito de detectar a tiempo al nuevo coronavirus. Sus pies prestos al combate evidencian la magnitud de su obra. Con rostros escondidos tras la máscara buscan minuciosamente a ese enemigo escurridizo, que arrebata vidas sin importar edad, raza o clase social.

Por lo tanto la percepción de riesgo y el uso adecuado de los protocolos de bioseguridad distinguen su trabajo.

Minas de Matahambre cuenta con 188 futuros galenos que desde la primera línea apoyan la pesquisa en las tres áreas de salud del municipio.

De ellos 120 estudian Medicina General Integral, 43 en Tecnologías de la Salud y 25 en Enfermería.

Por esa razón el pesquisaje es una responsabilidad compartida que les permite crecer como profesionales y humanos.

Ellos son héroes del momento que llevan en sus corazones el agradecimiento de cintos de pacientes. Jóvenes preparados para incorporase en cualquier frente y salvaguardar lo más importante “La Vida”.

En tanto estelas de luz dejan a su paso. Con amor y esmero tratan a cada paciente.

La mirada esperanzadora, sonrisa que contagia y un examen clínico seguro les conducen hacia la victoria.

Estudiantes mineros sin armas combaten la Covid-19. Con valor ofrecen lo mejor de sí, en pos de mantener libre al municipio de un brote epidemiológico.

Por otra parte responder al trabajo diario con la calidad que se requiere constituye el mayor reto para garantizar la salud y a la vez su seguridad.

Los estudiantes de medicina no detuvieron su mirada solo en adquirir conocimientos científicos y académicos. Ellos respondieron al llamado de la Revolución, prestos al servicio.

Un claro ejemplo resulta la disposición de los estudiantes de medicina en el enfrentamiento al nuevo coronavirus, quienes sin tener una completa formación universitaria interiorizaron la responsabilidad que implica su profesión.