Por más de dos décadas Luís Alberto Díaz Rodríguez, trabajador por cuenta propia del municipio de Consolación del Sur, se dedica a la fabricación de utensilios para el hogar. Por la calidad y variedad, sus productos mantienen una alta demanda. Ampliar su comercialización hacia unidades de elaboración de alimentos e industria cárnica, es la propuesta que planea la oficina de proyectos de este municipio, que prevé su vinculación como iniciativa de desarrollo local.

“Cuando un cliente te dice que el cuchillo le salió bueno, que mantiene el filo, que tiene un buen despalme y confección y que es fuerte y duradero, eso me reconforta, porque me hace ver que mi trabajo es útil, que satisface una necesidad. Mi trabajo tiene un nivel de aceptación, siempre tengo bastantes clientes”, comenta satisfecho.

Filo metal es un pequeño taller donde elaboran utensilios para el hogar. Sus producciones tienen una alta demanda por la calidad del acabado y la variedad del surtido que se ajusta a las necesidades de cada cliente.

La iniciativa surgió hace dos décadas. Su gestor es un ingeniero agrónomo que se formó como autodidacta en la elaboración artesanal de utensilios del hogar, para lo cual construyó las maquinas herramientas que necesita.

“Elaboro cuchillos y tijeras de varios formatos, hachas, pinzas para el cuidado de las cejas, alicates y muchos otros productos. La materia prima que utilizo a veces me la trae el propio cliente, en otras ocasiones la adquiero en unidades comercio cuando se venden machetes y muchas veces de los desechos de procesos industriales, de máquinas herramientas ya rotas o de los subproductos que se generan y que no se les da utilidad”.

Por la probada calidad de las producciones de este taller, una forma de gestión no estatal, se trabaja en ampliar sus propósitos y convertirlo en una iniciativa municipal de desarrollo local, asesorada por la oficina de proyectos del gobierno.

Osbel García Valido, coordinador de proyectos en Consolación  del Sur explica:  “Entre los propósitos de ampliar su comercialización es que desde esta iniciativa se satisfaga las iniciativas de empresa locales como la industria cárnica, las losas sanitarias donde se sacrifican puercos, centros de elaboración de alimentos y unidades comerciales donde se expende alimentos. Así como ofertar la producción a otros territorios”.

Y Luis Alberto aclara  “entre mis expectativas está que mi taller cumpla un rol social y que beneficie a los pobladores de mi comunidad, al municipio y al país. Y un día, quizás, poder exportarlo. Es la forma en que contribuyo con la economía, reutilizando materiales desechados, para posibilitar se reduzcan las importaciones”.

Dedica la mayor parte del día a sus producciones, la innovación y la búsqueda de soluciones para mejorar la calidad de sus entregas. Para él la mayor recompensa es la satisfacción del cliente.

Una iniciativa municipal de desarrollo local

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