Agricultores urbanos por vocación

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Si el hombre sirve la tierra sirve”, sentenció José Martí.

Dos consolareños que viven en la periferia de la ciudad, y que tienen la vocación de agricultores urbanos, juntaron fuerzas para trasformar el panorama en tierras utilizadas como vertederos espontáneos. Hoy cosechan variedad de alimentos una parte de los cuales son consumidos en círculos infantiles y casas de cuidados de personas de la tercera edad.

Víctor y Bernardo, residen en la periferia de la ciudad de Consolación del Sur y hace un año decidieron transformar de vertedero de desechos en productivas las tierras colindantes a sus casas.

agricultores arroyo

“Cuando la pandemia  nos obligó al aislamiento social, me puse aquí a limpiar y sembrar tierras para hacerlas producir, hacer lo que sé;  es la forma que tengo de pensar como país. Y hay que producir, como nos dice nuestro presidente Miguel Días Canel. Entre más producimos, más tenemos, es lo que hay que hacer: sembrar, sembrar y sembrar”, comenta Bernardo Samuel Reyes Torres, jubilado, agricultor urbano

“Él empezó primero a trabajar en estas tierras, que estaban desechadas y llenas de malezas y eran un vertedero. Bernardo limpió aquellas tierras, empezó un mes antes que yo y me dije: también me sumo. Comencé a limpiar el arroyo que estaba lleno de escombros, malezas, basuras y vidrios. Y hubo que trabajar duro, nos llevó tres meses para poderlo limpiar”, agrega Víctor García Ponce, trabajador empresa eléctrica y agricultor urbano por vocación.

agricultores guataca

Sin dejarse vencer por las limitaciones o la alta infestación de los suelos, emprendieron una titánica labor de limpieza con los medios que tenían a mano.

“No se puede esperar a condiciones ideales. Yo trabajo la tierra con guataca, pico, machete y rastrillo, a veces lo hago a mano. Todo lo que ves aquí se limpió a guataca, incluso el arroyo que pasaba por monte firme y limpiamos alrededor de 250 metros”, comenta orgulloso Bernardo Samuel.

En varios meses de labor prepararon los suelos, los fertilizaron con materias orgánicas y sellaron con variedades de cultivos, transformando el paisaje de la comunidad.

agricultores sembrados

“Me propuse sembrar las tierras con variedades de plantas; tengo plátano, tomate, acelga, lechuga, cebollinos, ajo porro, calabazas, yuca. Ahora estoy preparando nuevas áreas donde voy a sembrar zanahoria, otras especias y más hortalizas”, agrega Bernardo Samuel

“Nuestras tierras siempre están en producción. Yo lo hago en tiempos libres de mi trabajo. Y fíjate que hemos cosechado calabazas de más de 25 libras, que las compartimos con los vecinos. Ya llevo dos años cogiendo malanga, fundamentalmente la japonesa, porque estas tierras son muy húmedas, que es muy buena para los enfermos, para los vecinos y para la alimentación de la familia”, asegura Víctor García

El ejemplo de Víctor y Bernardo se multiplica en el vecindario.

“Los vecinos ven los resultados y como compartimos y garantizamos parte de nuestros alimentos. Y ya son varios los que se sumas. Ellos vienen por aquí y les explico como producir materias orgánicas, abonos y les doy posturas para que inicien las siembras. Me gusta ayudar y es bueno que se sumen más”, comenta Bernardo Samuel Reyes Torres, jubilado, agricultor urbano.

agricultores producciones

Sus cosechas tienen como destino casas de abuelos, círculos infantiles, venta en puntos de la granja urbana y una parte la distribuyen en el vecindario.

“Estamos enamorados de lo que hacemos. Vemos la utilidad para la comunidad y el beneficio económico que nos deja. Con el favor de la revolución, yo pienso seguir limpiando monte y seguir cosechando, que me queda bastante monte que limpiar y seguir produciendo

 

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