Todo el mundo cuenta

Las experiencias del día a día confirman la necesidad de consultar con los ciudadanos las decisiones que implican un determinado impacto social, en el que la mayoría puede resultar beneficiada, o perjudicada. Por citar un solo ejemplo, me remito a las millones de opiniones relativas al Proyecto de Constitución, hecho que confirma el potencial intelectual, sentido común y objetividad de nuestro pueblo, capaz, como pocos en el orbe, de ejercer la democracia en su expresión más concentrada.

Esta y otras consultas han de convertirse en el paradigma de administraciones locales, entidades y organizaciones si realmente quieren cultivar espacios inclusivos en los que los ciudadanos, trabajadores y asociados sean actores intelectuales y ejecutores y no simples espectadores.

Lo cierto es que no se ejerce por arrogancia, que por lo general el  tiempo es corto, los recursos escasean y que, muchas veces, o se actúa en el momento o se pierden oportunidades valiosas, pero no ha de faltar la información veraz, oportuna y sistemática para que la ciudadanía sepa siempre por dónde vamos.

Un elemento positivo que aportan las consultas populares es la confianza en la gestión de los líderes. Preguntar a la gente cómo desean que se instrumente un servicio, un horario, una regulación o la pertinencia, o no, de determinada situación, no solo les hace copropietarios de una decisión importante, también contribuye a la aplicación de la inteligencia colectiva, autora de increíbles soluciones en la larga historia de la humanidad.

El liderazgo ha de interpretarse, más que nada, como la capacidad de escuchar, porque la mejor guía para la acción siempre estará ligada a la diversidad de criterios en torno a una idea que precisa ser mejor, más eficiente y más organizada.

Ya es un hecho probado que las decisiones unipersonales, en asuntos que atañen a la mayoría, por lo general ignoran el contexto, pasan por alto los detalles y dan a luz insatisfacciones que bien pudieran evitarse si preguntásemos a los demás, ¿Cómo lo harían ustedes?

Existe una técnica de dirección conocida por CTF (Considere todos los factores), relacionada con el éxito productivo de empresas japonesas y europeas. Tal metodología es un monumento a la capacidad de escuchar, sin menosprecia; de permitir la profanación de quienes, aparentemente, “no saben”, y de reconocer que la única mala idea es la que no se expresa. Escuchando a los demás, se inventó el bombillo, el  barquillo para helados, y muchos más.

En fecha muy breve iniciará el proceso de rendición de cuenta del delegado a sus electores correspondiente al actual mandato, espacio ideal para que todos participemos en el proyecto de sociedad que deseamos construir. Cada planteamiento, más que un problema por solucionar, es una  oportunidad para que la creatividad y las iniciativas colectivas florezcan y se multipliquen.

El gobierno cubano es del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, y aunque la frase provenga de tierras extranjeras, que hoy alojan la agresión y la perfidia, no deja de tener sentido en medio de una democracia verdadera que nos corresponde cultivar y enaltecer con nuestros actos, sin olvidar por un segundo que todo el mundo cuenta.

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