La población de Mantua y el visitante, lo reconocen: es la villa más limpia del occidente cubano. Basta recorrer otros territorios para saberlo a ciencia cierta, y sin embargo, los trabajadores del Sector Comunal están insatisfechos. Lo anterior se conoció en la rendición de cuenta de esta entidad dedicada a mantener la higiene y el ornato público al Consejo de la Administración Municipal, CAM.

Bajos salarios y otras ofertas más atractivas redujeron considerablemente la cantidad de trabajadores dispuestos a barrer las calles, recoger los desechos y mantener a raya a la hierba que crece con cada llovizna. Ante tal escenario se buscan alternativas que mantengan el sello de limpieza y pulcritud de la villa.

Otras calamidades los asechan; entre ellas la reducción del combustible, y cada vez menos insumos para ocuparse de las aceras, los parques y todo cuanto les competen. Según directivos del Sector Comunal, las indisciplinas sociales se llevan consigo muchos de los logros ornamentales y otras facilidades de uso social. Bancos, cestos y plantas perecen en manos y pies de los que no aman, ni aportan ni construyen.

Hay mucho por resolver: el barrido de las calles, la chapea, el enriquecimiento del ornato y las aceras que pueden causar accidentes. Pero existe potencial y no por ser una época difícil, dejarán de existir las esperanzas y la creencia en las soluciones.

De los trabajadores de comunales se espera todo en la villa, y la confianza entre mantuanos no se ha de perder. Por su parte, los directivos del sector en Mantua prefieren llamar las cosas por su nombre, reconocer los errores señalados y escuchar la voz y el concurso del pueblo, que sabe mucho y por lo general tiene soluciones.

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