Si las cosas hubiesen sido diferentes, este comentario también se escribiría, porque creo que con los amigos, o con el grupo de personas que queremos y que seguimos, hay que estar siempre, en las buenas y en las malas. No es secreto decir que Pinar está bien, se ve, se palpa, se disfruta en cada victoria obtenida y se conoce en cada publicación nacional y hasta extra-frontera porque es inevitable quedar mudo o hablar de otra cosa, si es que de béisbol estamos hablando.
Esta nueva edición del “tsunami pinareño”, o los Vegueros de Pinar, como usted prefiera llamarlo, está recobrando en la temporada una cualidad perdida hace bastante tiempo; la personalidad ante sus rivales de turno. Pocos concebían que selecciones de pésima actuación o lanzadores desconocidos, maniataran y doblegaran a un conjunto, que si bien ha sufrido renovaciones, mantiene desde hace tiempo, una sólida base en su línea central y un cuerpo de lanzadores de ensueño, válidos para imponer la clase, la tradición y la leyenda que desde 1978, con la obtención de su primer título, Pinar del Río tiene.
Por estos días, “aficionados”, no muy bien definidos al equipo, justifican y relacionan este inédito avance con el relajante inicio en cuanto a rivales se refiere que ha tenido la tropa de Lazo. Y no concuerdo con estos criterios, porque no es esta la razón fundamental o de peso que ha hecho que los tabaqueros sean dueños de la cima en la tabla. En primer lugar recordemos, que conjuntos como Isla de la Juventud y Camagüey, por citar ejemplos, han sido novenas atravesadas en el camino de los occidentales y precisamente, Cienfuegos, equipo al que Pinar barrió hace unos días, lo sacó de la lucha por los play off en la pasada campaña.
Es cierto que en una temporada larga, el mejor debe imponerse, más, en esta recta de 45 partidos, cualquier cosa puede suceder y si un elenco no está bien entrenado o preparado, el terreno pasa una factura irremediable. Por tanto y demás, este arranque espectacular del “tsunami” no obedece a otra cosa sino a la excelente etapa de preparación que tuvieron durante 18 semanas y que los vegueros aprovecharon muy bien, motivados por la designación de su líder y compañero de equipos en muchas contiendas; el “Rascacielos” de Cuba.
Ya van, en esta subserie frente a Granma, por su quinta barrida del campeonato, pues este jueves, con pitcheo de Yosvani Torres e Isbel Hernández, aseguraron el compromiso particular ante los Alazanes, con pizarra de tres carreras por una.
Y por último, un comentario merecido al segundo equipo de Pinar; sí, a ese público y a esa afición que ha poblado el estadio vueltabajero, para aplaudir, para gritar, para apoyar a sus héroes que, aunque alguna que otra vez, como ocurrió con Santiago hace unos días, la victoria no aflore, han hecho que sus buenos seguidores se marchen sino contentos, satisfechos del empeño mostrado y orgullosos de exclamar en cualquier esquina o peña deportiva: “Yo soy TSUNAMI DE CORAZÓN”.
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