Por Gerardo Ortega.

De tal modo caracterizó al cubano la diversión de la lidia de gallos, desde muy al principio, que cada visitante de la Isla cuando escribía en su diario de viajes lo que le resultaba típico sobre nosotros, se refería a las mismas; así, por ejemplo, ocurre, desde mediados del siglo XIX, cuando Don Nicolás Tanco nos visita, en enero de 1853.

Por Gerardo Ortega Rodríguez

El otero o colina donde según Leandro González Alcorta a mediados del siglo XVIII se asentaría la cabecera poblacional de Pinar del Río, la Loma de Cuní, como también fue llamada por los primitivos habitantes del lugar, aquellos que se asentaron primero a orillas del Guamá y luego huyendo de las crecidas del río se expandieron entre su cauce y el arroyo de la ciénaga; sería el emplazamiento de la plaza de armas (segunda plaza de armas) y el tercer centro histórico de la ciudad.

La Fiesta de los Bandos fue sin duda, la que mayor arraigo y valor cultural atesoró durante varios años. Su origen se pierde en esa bruma de las primeras décadas del siglo XIX, solamente iluminadas por los textos de Tranquilino Sandalio de Noda, de Villaverde o de José Victoriano Betancourt.

Por Gerardo Ortega Rodríguez                                               

El Parque Martí, homenaje al Héroe Nacional en nuestro territorio, se enmarca al inicio de la década del 30.Allí estuvo el parque oficialmente llamado Wifredo Fernández Vega, nombre que había sustituido al de Parque Villalón, por el excomandante mambí.