El más reciente ocurrido la semana anterior y aunque de medianas proporciones deja enseñanzas en el enfrentamiento a las causas que los generan. La intensa sequia del denominado periodo crítico debe poner en alerta al cuerpo de guardabosques y a las empresas que tienen implicaciones dentro del patrimonio forestal.
Los incendios cuando son generados por causas naturales son lamentables pero inevitables sin embargo cuando está presente la negligencia y las malas prácticas se debe poner coto a quienes dentro de los bosques constituyen un peligro potencial.
Seguir incrementando las medidas como la apertura de trochas, la vigilancia de las áreas boscosas, el control de la tala, la caza y la pesca furtivas, porque quienes las practican a veces desatan el fuego accidentalmente.
Los incendios forestales en Cuba causan graves daños al ecosistema y pérdidas económicas cuantiosas. Especialistas del cuerpo de guardabosques estiman que en 2017 más de seis mil hectáreas se vieron afectadas por estos fenómenos. La meseta de cajalbana es uno de los territorios de pinar del rio que más incidencia ha presentado históricamente.
El crecimiento de las plantaciones debe ir aparejado a la preparación del personal en su manejo y protección contra incendios de este tipo. Sea cada experiencia una alerta para evitar las perdidas en el ecosistema y en la economía.

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