Maria Elena Fernàndez Vitòn es una de esas de esas mujeres laboriosas que ni el agua, el fango ni los golpes de la vida le han hecho renunciar a seguir soñando. Su alegría está en las plantas que cultiva, se siente útil y para ella este es motivo suficiente para todas las mañanas poner manos a la tierra.
Las experiencias de Mary afloran una tras otra cuando nos cuenta como llegò a atender dos organopònicos y dirigir hombes con los cuales comparte el trabajo rudo y el intenso sol.
"Nacì desde niña en el campo, me gustan las plantas y los animales. Siempre disfrutè ver como florecìan y despuès recoger sus frutos esa es una experiencia que siempre me gustò mucho”, expresa en su verbo campesino.
“Hay quienes piensan que ser campesino no requiere inteligencia, hay que estudiar mucho todos los, conocer para poder tener mejores cosechas. He atendido a muchos estudiantes, quienes  han hecho sus tesis aquì y han tenido buenos resultados, eso me llena de orgullo”
Mary es una de las muhas mujeres campesinas que en La Palma aman la tierra y disfrutan recoger sus frutos. Su historia da la certeza que el trabajo enaltece y que en estos tiempos difìciles se valora su gesto, que se multiplica en nuestros campos.

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