Mujer cubana: 60 años como protagonista en las transformaciones de la vida nacional

 (Tomado de Cubadebate)

Hace hoy 60 años, cuando nacía la Federación de Mujeres Cubanas, Fidel afirmaba que “hay mucho que hacer, hay mucho que hacer por el pueblo, y hay mucho que hacer por la mujer”; destacaba la importancia decisiva de la integración femenina en un proceso que emprendía cambios profundos –políticos, sociales, económicos– y afrontaba grandes retos y constantes amenazas.

En aquel discurso, el líder cubano hablaba de organizar, enseñar y preparar a las “jovencitas que ni están en la escuela ni tienen trabajo”; de “estudiar todos los problemas de las mujeres cubanas (…) Estudiar los problemas de las mujeres que tienen que trabajar y no tienen dónde dejar a sus hijos”; de “desaparecer hasta el último vestigio de discriminación”.

    Es tarea de la Federación organizar a la mujer cubana, preparar a la mujer cubana, ayudar a la mujer cubana en todos los órdenes:  en el orden social, en el orden cultural; elevando su preparación a través de cursos, a través de publicaciones; poniéndola al tanto de todas las cuestiones que son de interés para la mujer; poniéndola al tanto de las cuestiones de las mujeres en todo el mundo, relacionándola con las actividades culturales y sociales de las mujeres de todo el mundo, haciendo llegar a ella publicaciones femeninas de todo el mundo, noticias de todo el mundo; y llevando a todo el mundo noticias y publicaciones de la mujer cubana

 

    “Actividades culturales, actividades sociales, actividades creadoras, actividades revolucionarias, actividades patrióticas:  he ahí las actividades a las que tienen que dedicar su esfuerzo las mujeres cubanas, ¡organizadas!, perteneciendo a las distintas secciones de la Federación en todos los lugares de Cuba.

 

    “Y ahora, a trabajar, a organizar y a poner en actividad el espíritu creador, el entusiasmo de la mujer cubana, para que la mujer cubana, en esta etapa revolucionaria haga desaparecer hasta el último vestigio de discriminación; y tenga, la mujer cubana, por sus virtudes y por sus méritos, el lugar que le corresponde en la historia de la patria”. (Fidel Castro, 23 de agosto de 1960)

 

Con ese espíritu y esos objetivos nació y creció con los años la Federación de Mujeres Cubanas. La mujer estuvo en las milicias, en la Campaña de Alfabetización, en cada programa económico y social que emprendió el naciente proceso revolucionario por entonces y en los años que seguirían; se superó a la par que trabajaba y cuidaba de los hijos, en universidades o en la Facultad Obrero Campesina durante las noches.

 

Su integración plena y fructífera a la sociedad fue, gracias a derechos ganados y a su tesón cotidiano, una revolucion dentro de la Revolución.

No solo aprovechó con sabiduría, voluntad y orgullo cada oportunidad y espacio que le dio la nueva sociedad, sino que reclamó y ocupó nuevos espacios con trabajo constante, esfuerzo de superación y talento. Hoy, mirar a cualquier esfera de la vida nacional permite ver y comprender que la mujer no es minoría ni complementa: es protagonista e imprescindible.

 

Es maestra o profesora y académica; está en el campo y los centros de investigación, en centros productivos y en la industria de servicios; dirige empresas y ministerios; es activa en las industrias creativas y en las artes y la cultura, en el sector estatal y el no estatal, en pequeños emprendimientos económicos y en los más importantes proyectos que garantizan el futuro del país.

Días atrás, en la Mesa Redonda, la doctora Ileana Morales Suárez, directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del Minsap, ofrecía un dato ilustrativo: en el 70% de los principales proyectos de investigación y ensayos clínicos que se están realizando como parte del enfrentamiento a la COVID-19, el investigador principal es una mujer.

 

También hay miles de rostros femeninos entre aquellos que cada día –en la investigación científica y la atención a pacientes; en laboratorios, hospitales y en zona roja; en el aseguramiento de centros de aislamiento y en las pesquisas– han llevado adelante el esfuerzo nacional contra la pandemia o han apoyado a otros países como parte de las brigadas del contingente médico Henry Reeve.

Nunca en estos 60 años ha dejado la mujer cubana de perseverar, nunca ha dejado de educar y a la vez superarse elevando su nivel educacional y profesional. En medio de tal esfuerzo, nunca dejó de ser central en la familia, de lograr un balance entre su vida social y familiar, de responder creativa y sacrificada a oportunidades y retar y superar con audacia estereotipos patriarcales que aún perviven en la sociedad.

La FMC ha tenido un papel de vanguardia en estas décadas en que la mujer pasó a ser protagonista en las transformaciones de la vida nacional. Empoderada, con acceso igualitario a la educación y las oportunidades para desarrollar su valioso potencial, con derechos iguales y siempre luchando por ganar espacios, la mujer cubana es hoy fuerza vital y garantía del presente y el futuro de la nación.

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