Él está aqui

 

Fidel Castro no se fue, él está en cada cubano y latinoamericano, en cada casa, fábrica o escuela, en las granjas, barcos, aviones y unidades militares; en los niños y los adultos, de todas las edades, color, credo, instrucción y cultura… quién duda estas verdades, que nos acompañe a caminar.

No hay dudas que en la pandemia, las formar de trabajar, las actuaciones médicas y científicas, la organización de los medios, responden tal como él hubiera hecho, porque todo lo previó.

En los días de tormenta, los planes que se aplicaron son los mismos que nos hizo y la gente que los aplicó fue consecuente con su pensamiento.

Esto no es fanatismo, piensen conmigo, Raúl y Diaz Canel tienen sus planes propios para el país, pero a cada paso que dan, recuerdan que Fidel lo haría así o confirman como él hizo la parte que le correspondió.

Solo han pasado unos años que se resguardó, desde aquel momento los jóvenes porfiaron que todos son como él y en consecuencia actúan: están contra la epidemia y además en la recuperación, limpiando los campos, recogiendo la cosecha y abriendo nuevos surcos para la futura simiente.

Los niños tuvieron una pausa, que en Pinar sigue, pero volvieron a las escuelas como pronto harían los de aquí. La producción no se paró, las construcciones tampoco, especialmente las viviendas porque si no, el regaño de ahora, sería como hubiera sido el de él.

La ciencia respondió como si fuera un solo hombre, algunos pensaron que estaba adormecida pero no, porque al primero llamado del país respondieron como nunca. Olvidaron lo que somos, país en desarrollo y sacaron la cara los científicos, en lo médico, las vacunas y hasta en una soberanía alimentaria.

Los muy acaudalados tendrán riquezas, pero poca solidaridad, no hay unidad entre ellos y tampoco un sistema que los vincule a su gente. Su gobierno es ajeno, el nuestro es del pueblo.

Hablar de Fidel es contar la vida, es lo mismo volver a 1953, al 58 o al 59.  Ocurriría igual si hablamos de 1970 o el inicio de este siglo, porque los cubanos estamos hechos a su imagen y semejanza.

A Fidel lo respetan, incluidos enemigos; ahora fabularon que Cuba fue capaz de revertir sus elecciones. Cuanta risa, es loco su fanatismo; el Canciller nuestro tuvo que aclarar semejante disparate, porque sobre los cubanos, cuando piensan amigos allende a la frontera, es para saber de planes y de ayuda: exportación de salud y conocimientos, en un gran paquete llamado Solidaridad.

Vemos como en otras partes, Asia, África y América Latina,  piensan diferente, aman al Invicto Comandante, como si fuera Ho Chi Min; Lumumba, Neto, Bolívar o Hugo Chávez, o como si fuera el hijo de Martí.

No todo hay que decirlo en un día, para  hablar de Fidel tenemos la eternidad, porque los que nos sustituirán lo harán igual o mejor que nosotros… Cuba es eterna desde él.

 

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