¿Estrés o ansiedad?

 

En la actualidad, casi todo cuanto nos rodea (trabajo, familia, circunstancias personales) genera grandes dosis de tensión, que producen en el individuo un estado de inquietud y malestar, que en muchos casos desencadena graves dolencias físicas.
Puede haber cierta confusión entre los conceptos de estrés y ansiedad, veamos de qué se trata.

El estrés se inicia ante un conjunto de demandas ambientales que recibe el individuo, a las que debe dar una respuesta adecuada poniendo en marcha sus recursos de afrontamiento y ¿qué es el afrontamiento?, “son los esfuerzos que se hacen para controlar, reducir o aprender a tolerar las amenazas que conducen al estrés”.   

Cuando la demanda del ambiente (laboral, social, etc.) es excesiva en relación con los recursos de afrontamiento que posee el individuo, desarrollará una serie de reacciones adaptativas, de movilización de recursos, que implican activación fisiológica.

A su vez, esta reacción se acompaña de una serie de emociones negativas (desagradables), entre las que destacan la ansiedad, la ira y la depresión.
El estrés suele tener como manifestación la ansiedad, en cuyo caso se trata de una respuesta emocional provocada por un agente desencadenante (denominado agente estresante) interno o externo.  

El estrés es un proceso que se origina cuando las demandas ambientales superan la capacidad adaptativa de un organismo. Esto puede dar lugar a cambios biológicos y psicológicos, que a su vez pueden ser causantes de enfermedad. El estrés es la "respuesta fisiológica, psicológica y de comportamiento de un individuo que intenta adaptarse y ajustarse a presiones internas y externas".

En esta definición se destacan tres elementos fundamentales:
• Las demandas de las situaciones ambientales, que serían los agentes estresantes.
• La persona sobre la que influyen dichas situaciones y que las considera perjudiciales o desafiantes y por tanto, que le superan.
• Las respuestas del individuo al estrés, tanto emocionales como biológicas.es y con
Los agentes estresantes forman parte del ámbito en que normalmente viven las personas.
El estrés suele estar relacionado con factores emocionales. Las emociones más frecuentes suelen ser la ansiedad y la depresión, que son emociones negativas, pero pueden variar dependiendo de las circunstancias del individuo.
Es frecuente que, si la situación dura poco tiempo, la respuesta al estrés sea la ansiedad, sin que llegue a producirse enfermedad. En cambio, si la acción estresante permanece en el tiempo, se hace crónica y habitual, el organismo no puede mantener esa defensa y la respuesta se convierte en una alteración patológica, como la depresión.
El estrés puede provocar cambios químicos en el cuerpo. Activa la secreción de hormonas (catecolaminas y adrenalina), el corazón late más rápido, la presión sube, etc. Si la situación persiste, puede ser nociva para la salud, como el exceso de ácido estomacal que deriva en una úlcera, contraer arterias dañadas dando lugar a un infarto, provocar una pérdida o aumento de apetito que dé lugar a un aumento o disminución de peso en la persona.
La mejor terapia para el estrés es la prevención:
• Tener siempre a disposición una válvula de escape (ejercicio, pasatiempos).
• Tener amigos con los que compartir lo bueno y lo malo.
• Conocer las técnicas de relajación.
• Evitar el uso de tranquilizantes o el consumo de alcohol para hacer frente a las situaciones de estrés.
La ansiedad.
La mayoría de las personas han experimentado ansiedad alguna vez. Lejos de ser algo completamente negativo, la ansiedad permite que el organismo se ponga en alerta y active todos sus mecanismos de defensa ante una situación determinada.
La ansiedad es una respuesta emocional, que variará según el estímulo que la produzca, y suele venir acompañada de sentimientos de inquietud, recelo, miedo y nerviosismo.
Habitualmente está asociada a preocupaciones excesivas. Se puede considerar también como una expectación aprensiva.
La ansiedad, además de ser una respuesta emocional al estrés, puede ser una reacción emocional de alerta ante una amenaza que puede originarse sin agentes estresantes.
De hecho, en el trastorno de la ansiedad, la sintomatología ansiosa no depende de la existencia de agentes estresantes, si bien quienes la padecen son más vulnerables a las situaciones de estrés.
El estrés produce ansiedad, pero el individuo que padece ansiedad, no necesariamente padece de estrés.

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