¿Te has dado cuenta que todos los educandos son distintos? Esas diferencias son la expresión de la diversidad humana. En la actualidad estamos convocados a abrir las puertas de todas las instituciones educativas para la atención a esa diversidad.  

¿Qué es atender a la diversidad?
Atender a la diversidad implica considerar las manifestaciones biológicas, psicológicas, pedagógicas y socio-culturales de los educandos para garantizar una respuesta educativa acorde con las necesidades de cada uno de ellos. Es aceptar en todo momento las diferencias como valor de cada uno de los educandos, para potenciar el desarrollo de su personalidad, desde la comprensión de que ser diferente no es un defecto, sino algo valioso, que ofrece un nuevo marco educativo donde la diversidad emerge como uno de sus principios esenciales.

Entre la diversidad de educandos que puedes encontrar en un aula, están los que presentan discapacidad intelectual, seguramente te peguntarás:

¿Qué es la discapacidad intelectual?
La discapacidad intelectual es una condición relativamente estable del desarrollo que se caracteriza por limitaciones significativas en el funcionamiento intelectual y en el desarrollo de habilidades para la vida. Se caracteriza por la variabilidad y diferencias de expresión en el funcionamiento. Surge antes de los 18 años.

Aspectos a tener en cuenta para la atención pedagógica de las personas con discapacidad intelectual.

En el educando con discapacidad intelectual, su progreso se da a un nivel más lento, alterándose el ritmo y el grado de desarrollo, por lo que necesitan más tiempo para aprender que sus coetáneos.

Son capaces de alcanzar los objetivos educativos diseñados para la educación primaria, pero alargados en el tiempo, ya sea por programas curriculares generales con las adaptaciones necesarias, como por programas curriculares funcionales dirigidos a potenciar los modos de actuación social.

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