Son múltiples las manifestaciones que puede adoptar el fenómeno de la violencia hacia los menores de edad, pero en la actualidad es conceptualizada en cuatro formas o tipos básicos, no excluyentes entre sí: el abuso físico, el abandono, el abuso emocional y el abuso sexual, a lo que puede sumarse la explotación económica o cualquier otra forma de acción u omisión que afecte el desarrollo y calidad de vida de las niñas, niños y adolescentes.
Entre estas formas básicas del maltrato infantil se hará referencia al abuso sexual en infantes y adolescentes, que aunque proviene del pasado, permaneció solapada durante mucho tiempo por hallarse asociada a los patrones socioculturales de cada país.
Una forma de violencia es el abuso sexual, dirigido no sólo contra la integridad física, sino también psicológica del menor de edad; toda vez que el abuso sexual constituye un acto sexual impuesto a un menor de edad que carece del desarrollo emocional y cognoscitivo para tolerarlo.
Para una mejor compresión de este fenómeno y desde un punto de vista teórico, pueden identificarse diferentes categorías dentro del abuso sexual, las cuales se conciben en función de la presencia o no de violencia física, intimidación, grado de contacto corporal (proposiciones verbales explícitas de contenido sexual, tocamientos, acceso carnal) e incluso atendiendo a la finalidad (placer u otro fin de carácter económico) con la que se realiza el mismo por parte del agresor.
La cuestión de los niños y adolescentes víctimas de los delitos sexuales ha sido tratada en los últimos años con más atención que en tiempos precedentes. Distintas aristas han sido seguidas con el objetivo de contarse con un andamiaje teórico y práctico que permita distinguir y proteger un segmento de la sociedad que por su vulnerabilidad requiere de tratamiento social y jurídico.
En tiempos actuales el abuso sexual a menores, sigue siendo un tema latente, pues aún persiste este tipo de maltrato infantil cometido en nuestra sociedad.
Imperan tres importantes criterios que delimitan el abuso sexual:
1- La asimetría de edad, de forma que entre el menor de edad y el agresor debe existir, por lo menos, una diferencia de 5 años, que, en función de los casos, alcanzará un rango de diez años cuando el menor de edad tenga más de 12 años, y siempre considerando la edad del agresor no inferior a 15 años; aspecto que no está exento de controversia, ya que existe incidencia de abusos sexuales cometidos por adolescentes sobre otros menores de edad, lo anterior hace replantear este aspecto y la necesidad de considerar que las agresiones sexuales se pueden llevar a cabo incluso por otros adolescentes hacia sus pares.
2- Tipo de estrategias de coerción que pone en juego el agresor para someter a la víctima, que implican la utilización de presión o engaño, la sorpresa e incluso la seducción, y en otros casos la fuerza física.
3- Tipo de conductas sexuales que se mantienen, considerándose que deben incluirse todas las formas manifiestas de conducta sexual con o sin contacto físico, incluyendo contacto anal, genital u oral, caricias sexuales, peticiones sexuales, pornografía o exhibicionismo.
Principales características del abuso sexual infantil
1- El carácter secreto es uno de los elementos más notables del abuso sexual infantil, ya que es usual que no ocurra con presencia de testigos y que el abusador cargue a la víctima con la responsabilidad de no contar lo sucedido.
2- Los niños, niñas y adolescentes abusados sexualmente crean un estado de culpa, ira y autorrecriminación que los confunden.
3- Todo abuso sexual infantil implica violencia aunque la víctima no la perciba.
4- La responsabilidad del abuso sexual infantil siempre recae en el abusador, ya que el adulto tiene más experiencia y tiene una ventaja intelectual y física sobre el menor de edad.
5- El menor de edad siempre será el sujeto pasivo o víctima del abuso sexual.
6- La asimetría de edad entre víctima y victimario está dada fundamentalmente por una diferencia de cinco años como mínimo cuando la víctima sea menor de 12 años, y de diez años cuando la víctima sea mayor de 12.
7- La asimetría de poder.
8- El abuso sexual infantil puede implicar, o no, contactos físicos entre agresor y abusado.
Tipos de abuso sexual infantil
El abuso sexual infantil puede darse de diversas maneras:
• Abuso sexual infantil con o sin contacto físico: Las dos figuras que conforman el primer binomio tienen carácter excluyente y el elemento distintivo es el contacto físico. En el primer caso se incluye cualquier tipo de contacto físico entre el agresor y el menor de edad.
• Abuso sexual intrafamiliar o extrafamiliar: también es excluyente y el elemento distintivo es la existencia de vínculos consanguíneos entre el agresor y la víctima.
Protección jurídica a las niñas y niños víctimas en Cuba. Sustento Legal
• La Convención Sobre los Derechos del Niño.
• La Ley de Procedimiento Penal (Ley No. 62 Código Penal/1987)
• Convención Internacional para la eliminación de todas formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) (1979)
• Programa de acción de la conferencia mundial de la mujer. Beijin (1955)
• Plan de acción Nacional de seguimiento a la conferencia de Beijin. República de Cuba 1997
Algunas acciones para prevenir la violencia.
• No olvidar nunca el rol como profesionales de la educación.
• Prestar atención a las historias de los niños.
• Tener en cuenta los estilos de la comunicación.
• Fomentar el aprendizaje en un marco de derechos humanos y equidad de género.
• Asegurar la formación del personal escolar sobre la convivencia en armonía.
• Velar porque se identifique, atienda y refiera cualquier caso de violencia que se sospeche o confirme.
• Sensibilizar a la comunidad educativa, así como a las autoridades y medios de comunicación sobre la prevención y abordaje integral de los casos de violencia escolar.
“Hemos de secar sus lágrimas y transformar sus caras tristes en caras felices. Hemos de encender la llama de la esperanza y un mejor mañana en ellos.”
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