La educación de los niños no se puede dejar a la espontaneidad ni al empirismo, por ello, las condiciones del proceso educativo debe responder, por una parte, al sólido conocimiento del niño, de sus particularidades anátomo fisiológicas de su desarrollo en esta etapa y por la otra, al dominio de los procedimientos pedagógicos Esto es válido tanto para educadores como para los padres.

Estos métodos deben orientarse en tres planos:  sobre la conciencia, sobre la actividad y sobre la valoración de lo logrado, por lo que es preciso poblar la mente de ¨modelos correctos ¨, mediante narraciones, charlas, observación de láminas, y el ejemplo de los adultos.

La importancia del ejemplo de los adultos es fundamental lo que implica prestar atención a los procesos de la comunicación, a la comprensión en el trato, a la persuasión, la sensibilidad ante lo que nos rodea, la empatía, y la efectividad en esas relaciones interpersonales.

En la Infancia Temprana el niño se familiariza con las normas sociales, imita la conducta del adulto, la conducta expuesta y observable, por lo que el adulto es el patrón a partir del cual el niño comienza a conformar su concepción del mundo que le rodea .En la Infancia Preescolar se forman en los niños, orientaciones valorativas a partir de las influencias educativas que ejerce la familia, el educador y otros agentes educativos en las diferentes actividades que el niño realiza.

La imitación del comportamiento del niño o la niña está dado a partir de la observación que realiza el niño del comportamiento de los adultos más cercanos la forma de hablar, de conducirse, de relacionarse, de actuar ante situaciones diversas .Si los padres, otros familiares, son tiernos, amables, solidarios, trabajadores, honrados, honestos, fieles, cariñosos, así serán los niños con los que se relacionan.  

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