Las transformaciones sociopolíticas, económicas y culturales han determinado a través de la historia, el necesario cambio en el proceso de formación de profesionales en búsqueda de la pertinencia y la excelencia académica. Lo anterior se estructura a partir de un conjunto de normativas y documentos rectores emitidos por los organismos centrales que rigen la política educativa. En tal sentido, las instituciones educativas deben atemperar sus propuestas pedagógicas y curriculares para tales fines de manera que cumplan los estándares de calidad establecidos. El presente artículo está dirigido al análisis de las condiciones y maneras en las que el proceso formativo puede integrar a nivel macro, meso y micro los nuevos requerimientos educativos establecidos.
El Sistema de Educación cubano desarrolla constantes acciones para el mantenimiento, desarrollo y consolidación de la política pública en lo referido a: igualdad de género; interculturalidad y valores patrios; derechos y oportunidades de las personas con discapacidad; protección del ambiente en vínculo con la sociedad,  ética y responsabilidad social y proyectos integradores que promuevan la contribución multidisciplinaria; interdisciplinaria y transdiciplinaria.
En este sentido, El enfoque de igualdad y ambiente atraviesa conceptos esenciales como el derecho a la educación, el respeto a la diversidad cultural y al análisis integral y holístico de todos los factores y se sustenta en un sistema de principios que se integran a la formación educativa a todos los niveles. Los fundamentos anteriores se asumen en cada una de las propuestas curriculares de las instituciones educativas.

De tal forma se logra no solo la integración lógica de sus procesos sino también una integración didáctica-metodológica en los niveles macro-meso y micro curriculares. En este sentido, se evidencia la integración en los niveles citados al asumir:

1. La educación como derecho fundamental y humano. No solo el disfrute del derecho en si sino y principalmente un disfrute con calidad y pertinencia a estudiantes y profesores como componentes personales del proceso de enseñanza – aprendizaje.

2. La superación y estabilidad del claustro docente. El estado garantiza la superación docente y profesional en cada uno de los ciclos de trabajo docente metodológico.
3. La adopción de medidas y políticas para promover la igualdad de oportunidades. Con ello, garantiza la participación activa de todas las personas en edad escolar estableciendo su carácter obligatorio en la formación general.

La visión integral entre los niveles macro, meso y micro garantizan:

- Currículo de perfil amplio, integral y contextualizado, formado sobre invariantes de conocimientos, habilidades, valores y actitudes esenciales para la compresión de una realidad contextual pero con un sólido fomento de la creatividad para ser propositivo y transformar la misma.
- Una formación sistémica y eficiente con amplia base interdisciplinaria dirigida a fomentar la capacidad innovadora y la creatividad.
- Métodos de enseñanza dirigidos al fomento de la creatividad, enmarcados en lo problémico y en el aprender investigando (método de proyectos, exposición problémica participativa, investigativo, de simulación, nuevas tecnologías).
- Un proceso de formación más personalizado que aunque dirigido a una necesidad social general, responda a la potenciación de las particularidades individuales enmarcadas en el trabajo del colectivo y bajo sus influencias, que permita aprovechar la diversidad de estilos de aprendizaje, el conocimiento tradicional y cultural y rasgos de la personalidad de cada sujeto en relación con los aportes a la transformación social.
- Una visión interdisciplinar, desde una estrategia didáctica, que logra enriquecimientos mutuos y construye objetivos comunes, en la formación de los profesionales. Los componentes pedagógicos y didácticos contribuyen a la formación de un pensamiento medioambiental consciente, útil y contextualizado, con los problemas locales, regionales y nacionales de carácter ecológico. 

5. Desarrollo de un proceso de vinculación con la sociedad que facilite, desde la propia formación, la inserción de la escuela en la comunidad. El proceso de vinculación actúa como medidor de la efectividad social y retroalimentación en pos del cumplimiento del objeto social de los centros educativos.

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