Es necesario que esto se realice siempre que existan comportamientos adecuados que se quieran reforzar. La estimulación debe tener un carácter instructivo y explicativo.
Por ejemplo:
¡Te felicito tienes todo muy ordenado!
¡Qué bien te estás portando! ¡Te felicito! Me alegro mucho porque estás haciendo caso.
• El elogio debe circunscribirse a un solo comportamiento. Éstos deben hacerse en el momento de forma directa.
• El maestro debe saber que en estos casos los elogios generales no son siempre útiles. En todo caso la estimulación debe variar de forma e intensidad.
• Durante la estimulación no debe hacerse alusión al comportamiento no deseado.
• Propicie la relación del niño con otros niños sobre todos aquellos del grupo que representen una adecuada imagen.
• En este caso estamos considerando la positividad del otro como mediador del cambio.
• Se deben evitar los señalamientos innecesarios y hacer la mayor cantidad de reconocimientos positivos posibles, por mínimos que estos sean.
• Sea variado en las explicaciones de las conductas correctas tanto físicas como verbales.
• Es importante formular reglas y normas directrices claras y precisas, y aprovechar situaciones tranquilas y favorables.
• Se deberá utilizar el momento propicio para transmitir instrucciones y órdenes al niño y además analizar alguna conducta inadecuada.

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