Ante la perspectiva de cubrir las necesidades de la población con producciones del campo, directivos de la Empresa Agropecuaria de Mantua ultimaron detalles con campesinos de avanzada para asumir la alimentación del pueblo y el balance nacional.
De tal modo se perfila la estrategia de autoabastecimiento que contempla entregar a cada uno de los 24 mil habitantes de Mantua 30 libras de alimentos del agro, en el mes. Una simple operación matemática habla de más de 326 toneladas que no pueden ser tomadas a la ligera.
Entre las grandes preocupaciones figura el aseguramiento de recursos desde el combustible, fertilizantes, fitoquímicos y semillas a fin de garantizar producciones estables y escalonadas.
La comercialización es parte del andamiaje que perfecciona el territorio para llevar el producto fresco hasta la tarima. Hoy abundan los granos, como el frijol y el arroz, pero faltan las hortalizas, en la mesa del mantuano.
Las plantaciones de ciclo corto son las más populares. A partir de experiencias acumuladas, los productores optan por la rápida cosecha que sobreviva al clima y alcance rendimientos en periodos menores a los 3 meses.
Es alentador que los principales mercados del territorio exhiban un alza en sus ofertas, pese a las intensas lluvias de los últimos dos meses.
Hay planes para fomentar la malanga y el boniato en cada finca agrícola del territorio; y es que para Mantua es posible pensar en un suministro estable de viandas, hortalizas y vegetales a la población noroccidental y cumplir con los compromisos contraídos con la provincia y el país.
El autoabastecimiento pasa por la organización, el contrato exhaustivo, los insumos junto al surco y la comercialización, engranajes insustituibles en este empeño destinado a la sustitución de importaciones y la calidad de vida de los ciudadanos.
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