Desencanta Pinar a sus parciales

 

A pesar de tener en ellos mismos la posibilidad de clasificar a los play off y no depender de la actuación de otros elencos, es un hecho inminente, que los discípulos de Pedro Luis Lazo se perderán en esta temporada 57 del béisbol cubano, la posibilidad de ubicarse dentro de los cuatro primeros.

Pocos entienden en esta occidental provincia, la actuación de uno de los mejores equipos, cuando usted revisa la nómina, que participa en esta segunda fase del torneo doméstico. Y lo peor es que, además de la ausencia total de ofensiva, manifestada en estos dos primeros choques frente a Matanzas, y sus sorprendentes pésimos números en defensa, se nota en los Vegueros una alarmante desmotivación y poca combatividad en aras de resarcir estos resultados que, sinceramente, la afición vueltabajera no esperaba. Justo es destacar que hay elementos externos que repercuten, de manera general, en la calidad de la Serie Nacional.

Este año, se logró incentivar la asistencia del público a los estadios; se logró que la gente hablara de pelota y que se crearan expectativas diferentes, quizá dadas por la presencia de glorias deportivas, ahora como directores, como los casos de Pedro Luis Lazo, Víctor Mesa y Orestes Kindelán. Muchas provincias lograron desarrollar partidos de noche, algo necesario para el espectáculo deportivo y en general, se fueron logrando cosas, pero desgraciadamente, nada es perfecto y todo iba tan bien que era demasiado bueno para ser verdad.

Aceptando que, tenemos atletas contratados en el exterior y que todos vemos con buenos ojos esta posibilidad de que los mismos puedan representar al país, se puso la tapa al pomo desmembrando a los equipos con lo poco que les quedaba, para incluirlos en el Panamericano SUB-23, y echar por tierra, todo lo bueno que hasta ahora se había logrado. De los equipos más afectados, sin dudas, estuvo Pinar del Río.

A la larga espera de que Raidel Martínez y Liván Moinelo terminaran su participación en la Liga Japonesa, hubo que sumar la inclusión de ellos en el mencionado Panamericano, más la del refuerzo camagüeyano Yosimar Cousín. Y así salieron de sus equipos atletas valiosos como Norel González de Villa Clara, Raico Santos de Granma y Yolbert Sánchez de Industriales, por citar ejemplos.

Si esta decisión se hubiese revertido en resultados positivos para la Mayor de las Antillas, hasta pudiésemos pensar en aplaudir la idea, pero para la pálida actuación que el equipo cubano tuvo en el certamen, mejor hubiésemos desistido de continuar pensando en querer ganarlo todo, sin tener con qué, y darle la posibilidad a otros muchachos que, en esta categoría, tienen cualidades y condiciones para vestir el ansiado uniforme de la selección nacional.

Moinelo, que tuvo protagonismo sobrado, con resultados excelentes y que le valió ser campeón con su equipo en la Liga nipona, manifestó en declaraciones a la prensa, sentirse agotado por lo que, de valorarse su merecido descanso y no llevarlo a Panamá, otro gallo hubiese cantado para la tropa que dirige el llamado “Rascacielos de Cuba”.

Pero, volviendo a la Serie Nacional y a la actuación de los medias verdes, hay que reconocer pese a lo ya manifestado, que a Pinar le ha faltado garra, que sus mejores hombres a la ofensiva han mermado considerablemente y que, muchas veces, el pitcheo no ha podido hacer más pues ha trabajado, casi obligado y en la mayoría de las ocasiones, para defender una ventaja mínima desde casi la mitad de los partidos.

Solo un milagro puede hacer que Pinar del Río, sea por lo menos, el cuarto clasificado. Pese a tener la posibilidad en sus manos, han dejado escapar la misma, perdiendo en casa los cotejos particulares ante Las Tunas y Matanzas, respectivamente. Como reza una popular canción del intérprete cubano Isaac Delgado y que sirvió de tema a una telenovela, será, a lo mejor, PARA EL AÑO QUE VIENE.

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