La Primera infancia en nuestro país tiene cada día que elevarse a planos superiores con el propósito de alcanzar la máxima calidad del trabajo en este nivel y que ello se traduzca en el desarrollo óptimo de cada niño para lograr el máximo desarrollo integral posible de cada uno. Esta tarea no es fácil, el camino a recorrer no es rectilíneo y ascendente, con una suave pendiente que pueda remontarse sin muchos esfuerzos, sin tropiezos ni obstáculos; todo lo contrario, está llena de dificultades, altibajos y sorpresas. Esta aspiración podemos alcanzarla, en primer lugar, con nuestros empeños constantes, con la dedicación al trabajo diario para conocer mejor a los niños y a las niñas con los cuales trabajamos y con una labor educativa más efectiva, que dé respuesta a cada uno de sus intereses y necesidades.