Por Felipe Ponce León.
Director Adjunto de la Empresa Provincial de Servicios Técnicos Personales y del Hogar
En estos días, de tanto trabajo y ajetreo en las labores de reanimación de la ciudad Pinar del Río por su Aniversario 150, comienzan las personas a interesarse más por la historia de los diferentes lugares, el tipo de construcción, salen a relucir los diferentes motivos, adornos en paredes, placas con determinadas fechas y numeraciones, comenzamos de forma habitual a mirar para arriba y vemos entonces los pretiles, las cornisas y hasta algunas “maticas”, que ya son árboles.
Estos pinareños, a veces incluso en grupo, comenzamos a cuestionarnos los servicios, las ofertas y la calidad de lo que se hacía hasta el momento y con ello los planes, proyectos para mejorar las mismas, y el compromiso de hacerlo mejor.
En el mar de opiniones las hay hipercríticas, están a quienes nada de lo que se hace les parece bien o dañan lo recientemente terminado, como los banquitos de concreto del separador (tramo II,) convertido en parque; pero noto también que la mayoría quieren hacer, contribuir y sumar.