Desde 1896-98 resistió la reconcentración de Weyler y las operaciones del Ejercito Colonial en la zona, caracterizada por una intensa actividad bélica. Cuidó y defendió a los heridos con las armas y su hospital nunca pudo ser ubicado y tomado por los españoles gracias a su tenaz resistencia.
Por su valentía, el Mayor General Antonio Maceo le confirió el grado de Capitana. Durante la República no ocupó cargos públicos, gozo de reconocimiento y respeto y algunos de sus hijos participaron en los conatos liberales durante de la República. Murió en el barrio de Lajas, Consolación del Sur, Pinar del Río, el 23 de agosto de 1915. Es reconocida como la heroína más emblemática de su territorio.