Madre mía que estás en una carta

La escritora matancera Carilda Oliver Labra, supo entrar a lo profundo del sentimiento que encierra el término madre.

La ausencia y distancia del ser amado, es la sangre entera que nutre este texto.

Dedicado a esos ángeles que ya no están, que hace tiempo partieron:

Madre mía que estás en una carta
y un regaño antiguo que no encuentro,
quédate para siempre aquí en el centro
de la rosa total que no se aparta.

Madre mía que estás tan lejos, harta
de la nieve y la bruma, espera, que entro
a ponerte a vivir con el sol dentro,
madre mía que estás en una carta.

Puedes darle al misterio tu infinita
amistad con las sombras hechiceras,
puedes ser una piedra que se quita

o borrarme ahora mismo las ojeras;
pero, madre, recuerda nuestra cita:
¡ No te atrevas a todo, no te mueras!