Nunca supe cuánto amaba a mi abuela materna hasta que su vida se apagó a los 103 años. Su nombre Caridad Oramas.

Ella siempre estaba pendiente de cada uno de sus tantos nietos por tener una  familia numerosa.

Mi abuela contaba historias fantásticas, nos mimaba y sobretodo hacía unos dulces de leche y naranja que nos deleitaban a todos.

Las manos de Marlindia González Herrera, destilan ternura cuando acaricia uno de “sus” terneros o simplemente las alarga para ofrecerles alimento.

Al arribo de los tres meses, todos los becerros nacidos en la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Ganadera, Santa Lucía, reciben sus atenciones.