La Federación de Mujeres Cubana en La Palma agrupó a sus funcionarias con líderes de la comunidad de Vegas Nuevas, en el Consejo Popular Las Jaguas, y académicas  del Centro Universitario Municipal para debatir el empoderamiento femenino en la producción agropecuaria.

El taller, como saludo al Día Internacional de la Mujer, centró la mirada de la mujer del campo en la producción de alimentos, con la sostenibilidad, las prácticas agroecológicas y los restantes procesos.

Las mujeres expusieron sus vivencias e historias en tiempos de pandemia y el significado que para ellas tiene la familia.

“La universidad viene desarrollando acciones en las comunidades a través de proyectos socioculturales y empoderar a la mujer campesina, porque la herencia patriarcal influye aún en los modos de pensar de hombres y mujeres. Nuestra función es transmitir mensajes que puedan llegar al corazón de la familia y que esa huella quede para futuras generaciones”, expuso Yarami Almeida Cruz, sub directora de Investigación y Postgrado del CUM.

La universidad es aliada en las conquistas de la mujer y en el año 2020 consolidaron cuatro iniciativas a través de diferentes plataformas, para dotarlas de conocimientos y habilidades en su desempeño. El actual año será nuevamente difícil, pero ya se perfilan otros proyectos sobre todo en fincas y pequeñas parcelas del municipio.

LA MUJER EN LA SALUD

La salud pública cubana ha tenido el gran reto de enfrentar en condiciones muy adversas la pandemia de COVID 19.

María del Carmen Pérez Posada, una joven epidemióloga se ha crecido ante la pandemia en la zona roja y de la atención a personas sospechosas de tener la enfermedad.

 “Me considero una mujer valiente he tenido el reto de compartir las labores de mi profesión con la atención a la familia y, a la vez, protegerlos. Ya hemos enfrentado en el municipio tres rebrotes y siempre es una experiencia nueva.”

En el policlínico palmero, Regina Siverio, experimentada laboratorista, se mantiene siempre activa por más de treinta años y ha sabido conjugar su profesión con la familia. Una mujer internacionalista en dos ocasiones, en la República Popular de Laos y más reciente en la República Bolivariana de Venezuela.

“La exigencia y la profesionalidad es lo que nos ha valido a las mujeres del sector salud el prestigio que merecemos. Si se tiene en cuenta que antes de enero del 59 muy pocas se desempeñaban en esta rama, entendemos todos los espacios que hemos ganado. Por ello pienso seguir conquistando ese sueño de estar a la par de nuestros compañeros... no detrás ni delante, sino a su lado construyendo y creciendo”

Yanet Hernández Triguero, especialista en Genética médica, atiende este programa y conoció historias desgarradoras en la misión Manuela Espejo, en Ecuador, y su labor tiene un alto sentido humano.

“La genética es esa especialidad que previene malformaciones y problemas congénitos que pueden llevar al sufrimiento del niño y de la familia. Conocer de cerca historias de abandono y de muerte te hace valorar nuestra profesión. Poder atender a las futuras madres y garantizar el bienestar de la familia y la sociedad es un privilegio para mí como mujer”