Decir que Mantua, después de Viñales, era la meca de la malanga, no es exagerado. Cientos de hectáreas poblaban las tierras de cultivo en una estrategia que mantenía la vianda en la mesa del mantuano casi todo el año, cubría el consumo social y alcanzaba para enviarla a otras regiones de la provincia y el país.

Esta imagen de los delegados enfrascados en la lectura de, Ecos de Mantua, versión plana del suplemento digital de la Asamblea Municipal representa un paso de avance en el camino de la comunicación institucional en el territorio.

Ante la perspectiva de cubrir las necesidades de la población con producciones del campo, directivos de la Empresa Agropecuaria de Mantua ultimaron detalles con campesinos de avanzada para asumir la alimentación del pueblo y el balance nacional.