El Valle de Viñales fue declarado como un sobresaliente paisaje cárstico en el que los métodos tradicionales de agricultura han sobrevivido sin cambios durante siglos y porque la región también conserva una rica tradición vernácula en su arquitectura, artesanía y música. Tal aval hizo que fuera inscrito en 1999 como Paisaje Cultural en la Lista de Patrimonio Mundial.
El paisaje de Viñales constituye el principal atractivo turístico de la zona y es un recurso que debe ser objeto de protección y mejora, reduciendo al mínimo su deterioro.
El patrimonio no es un concepto rígido. Es necesario establecer sinergias entre las instituciones que permitan coherencia en el hacer.
La conservación, remodelación y construcción de las viviendas afectadas por los diferentes eventos meteorológicos dentro del sitio histórico declarado Patrimonio de la humanidad cuestan, anualmente, miles de millones de dólares en relación a daños, por lo que existe una urgente necesidad de que los hombres y las mujeres beneficiados participen en todos los niveles de planificación, en el diseño y la recuperación de sus viviendas y en estrategias innovadoras de adaptación al medio construido, a partir de la asesoría de los arquitectos.
Los pobladores, deben ser actores claves para la promoción de buenas prácticas en cuanto al diseño, construcción y rehabilitación de viviendas y apoyar a las comunidades a mitigar el efecto de los desastres, contribuyendo a rehacer sus hogares y su sustento sin agredir el entorno.
La Empresa de servicios técnicos arquitecto de la comunidad en Pinar del Río participa junto a la oficina de Patrimonio en las acciones emprendidas desde el año 2010 con el objetivo de evitar que pueda ser transformada la expresión ambiental y urbana del pueblo, uno de los valores vernáculos más apreciados en el territorio, provocando un gran impacto social en la población.
La conservación y el mantenimiento de la arquitectura tradicional y/o vernácula se dificultan en situaciones económicas difíciles y agravadas por la vulnerabilidad ante los frecuentes desastres naturales.
Para la conservación y rehabilitación de las cubiertas de madera y tejas criollas destruidas en su gran mayoría por el impacto de los huracanes y por el envejecimiento de las construcciones , ha resultado imprescindible la aplicación de soluciones de cubiertas con materiales alternativos, como base para lograr su adaptabilidad a los nuevos requerimientos funcionales y de habitabilidad, posibilitando el equilibrio entre la protección del patrimonio y la mejora de la calidad de vida de la población.
En las viviendas de los campesinos se ha autorizado la ejecución de un núcleo rígido, que consiste en un local con paredes de bloques y cubierta de hormigón armado con una sobrecubierta de guano, para proteger a las personas y sus bienes materiales durante el paso de los huracanes.
En el pueblo se permite la sustitución de la cubierta original de entablado y viguetas de madera por una cubierta de losa de hormigón recubierta con tejas criollas manteniendo las pendientes y puntales que se establecen en las regulaciones de patrimonio, exceptuando a las viviendas con Grados de Protección Patrimonial I y II.
Son aceptados elementos prefabricados en las cubiertas que garanticen el cumplimiento de las regulaciones urbanas de la zona, manteniendo los puntales y el sistema de viguetas existentes.
Se admite la sustitución de las paredes de madera por estructura de ladrillos y/o bloques y elementos de prefabricados, por ser la madera un material constructivo muy deficitario en el país.
El arquitecto de la comunidad tiene en Viñales una mesa de trabajo permanente. Su desempeño trasciende el diseño de proyectos y se convierte en educador y consultor al alcance de los pobladores. Son profesionales de las soluciones y celosos veladores de las regulaciones patrimoniales. El elevado nivel profesional y humano caracterizan su hacer.
Viñales necesita una atención diferenciada desde todos los puntos de vista. La Empresa de servicios técnicos del arquitecto de la comunidad ya lo ha interiorizado y lo aplica.
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