Pero, no basta con nuestro si por el proyecto de carta magna, se necesita creérnosla saber que se refiere a nosotros como ciudadanos y sobre todo al futuro que legamos a nuestros hijos. Se trata de entender que no solo somos objetos del cambio en la actualización del modelo sino saber que si queremos avanzar tenemos que convertirnos en sujetos de esa transformación. Ser un buen ciudadano significa implicarse, ser parte activa no esperar que todo suceda con pasividad.
Si miramos a nuestro alrededor y solo vemos los problemas de la cotidianeidad como la paja en el ojo ajeno estaremos haciendo letra muerta de todos los artículos de la naciente ley de leyes. El civismo se puede impartir como asignatura, se puede difundir una y otra vez por los medios y eso no está de más, al contrario es necesario, pero por sobre todo debe ser parte del actuar desde la familia y la sociedad. El respeto a los derechos y el cumplimiento de los deberes deben andar acompañados como un binomio perfecto que armonice los ámbitos en los convivimos.
Cuba es una nación con una rica historia constitucionalista toca a los cubanos de hoy empoderarnos de las herramientas de la nueva constitución que tiene el sedimento de las que la precedieron pasado por el tamiz de las épocas. El texto que refrendaremos también tiene la impronta de todos pues nuestras propuestas están plasmadas en ella a través de la consulta popular.
El 24 de febrero fecha de continuidad volverá a inscribirse en la historia toca hacer la idea apegados a un derrotero que todos sin exclusión debemos respetar y hacer que se respete.
Votar por el sí, un acto consciente.
- Santiago Sabas Morejón Echevarría
- La Palma
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