La instalación puede procesar 37 toneladas por día. Foto: Ronald Suárez Rivas
A pesar de que todavía quedan algunos objetos de obra pendientes, el nuevo secadero de arroz del kilómetro 12 de la carretera a La Coloma, una de las principales inversiones de la agricultura pinareña en la actualidad, ya tiene valor de uso.
Desde hace varios días, las carretas provenientes del campo han empezado a descargar en la industria las cosechas de las cooperativas cercanas, sobre un sistema que se pone a punto para trabajar con estabilidad.
Jesús Maurence Díaz, director de la instalación, explica que hasta el momento todo marcha según lo previsto y que en los próximos días, el flujo desde las plantaciones seguirá creciendo.
Con capacidad para procesar 37 toneladas por jornada, el nuevo secadero se construyó con la intención de asimilar el arroz que se cultiva en el municipio de Pinar del Río y en los vecinos territorios de San Juan y Martínez y San Luis.
Jesús señala que, hasta ahora, el cereal que se cosechaba en ellos debía trasladarse hasta el municipio de Los Palacios, para su procesamiento industrial.
«La distancia promedio entre este secadero y el corte es de ocho kilómetros, mientras que de aquí a Los Palacios hay alrededor de 80», precisa.
Por tanto, solo en materia de transportación, la nueva obra permitirá un importante ahorro de combustible.
En más de 40 años de labor en industrias similares, Jesús confiesa que nunca había estado en una instalación tan moderna.
El equipamiento, de fabricación china, incluye un quemador capaz de funcionar con cáscara de arroz o con leña, gracias al cual se podrá evitar el uso de diésel en el proceso de secado.
Los especialistas señalan que, por cada tonelada, en otras industrias cubanas de este tipo se invierten entre 11 y 16 litros de combustible que acá también se estarían economizando.
UN EQUIPAMIENTO DE PRIMERA LINEA
A grandes rasgos, la gigantesca instalación está compuesta por una báscula en la que se pesan los equipos que llegan del campo; un depósito en el cual se vierte el arroz cáscara húmedo; un sistema de conductos y zarandas para eliminar las impurezas, y una torre de secado en la que se le rebaja la humedad, hasta llegar a entre un 12,5 % y un 13,5 %.
Además, cuenta con dos grandes silos de almacenamiento de 500 toneladas de capacidad cada uno.
Pero no es lo único que conforma este complejo. Por estos días, una brigada especializada se enfrasca en la reparación y el montaje de un molino traído del oriente del país, que permitirá cerrar el ciclo y lograr que la producción salga lista para el consumo.
Son los mismos hombres que con anterioridad dieron la puesta en marcha al secadero.
Marino González, el jefe de esta fuerza altamente calificada, asegura que el secadero que ya está en explotación se encuentra trabajando sin dificultad.
«Este es un equipamiento de primera línea, que no debe tener problemas y, además, es muy eficiente», dice.
El especialista destaca el hecho de que no dependa del diésel para funcionar, lo cual se ha convertido en una política del grupo arrocero enfocada en la sostenibilidad energética y el ahorro.
«Lo que se quiere es eliminar todo el combustible en el secado del arroz», señala Marino.
«De hecho, ya no se permite montar ningún tanque de combustible nuevo. Donde no haya este tipo de tecnología, tenemos que ir a hacer un horno y todas las adaptaciones necesarias».
NUEVAS ÁREAS PARA EL ARROZ
Con el propósito de aprovechar al máximo esta inversión, el director del complejo precisa que a pocos kilómetros, en la zona conocida como La Guapa, se trabaja en el acondicionamiento de más de mil hectáreas que también estarían destinadas al arroz.
Se trata de un área donde ya se cultivó el cereal en el pasado, pero mediante el empleo de agua subterránea para el riego, lo cual provocó que aumentara la salinidad y hubiera que suspender la siembra.
Sin embargo, Jesús advierte que ahora se prevé aprovechar el agua de la presa El Punto, un embalse cercano, con una capacidad de 90 millones de metros cúbicos que en la actualidad apenas se explotan.
Entre estas nuevas áreas que se pretenden sumar y las que ya se cosechan en los municipios de Pinar del Río, San Juan y Martínez y San Luis, se espera llegar a alcanzar unas 8 000 toneladas de arroz cáscara húmedo en un futuro cercano, con las que la nueva tecnología podrá explotarse a plena capacidad y el programa arrocero de Vueltabajo estaría recibiendo un impulso importante.
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