La provincia pinareña completa hoy 29 días sin enfermos confirmados del SARS CoV-2, el último fue el pasado 17 de mayo, y desde entonces se mantiene como un estado de reposo, con 50 con altas médicas (incluida la extranjera que viajó a su país) y en espera por el alta epidemiológica de dos casos que restan, un ciudadano del municipio capitalino y una mantuana.
Hoy -15 de junio- amanece con el resumen de la pesquisa de ayer que completó 154 411, mientras que en la consulta de IRA estuvieron 36 y ninguno fue estimado para ingreso.
En aislamiento se mantienen 65, de ellos 35 trabajadores de la Salud, solo cinco sospechosos y 25 viajeros baja observación. Los PCR suman 4 422 y las pruebas rápidas realizadas 5 466. Existen personas estudiadas, pero los resultados se revalúan en laboratorios de la Habana y luego se envían a la provincia.
El territorio en sí desde el principio combatió con éxito la epidemia. El 11 de marzo de 2020, la OMS declaraba a la COVID-19 como una pandemia, y el país reportaba sus primeros casos positivos con tres turistas italianos que habían arribado días antes por el aeropuerto de La Habana y se encontraban alojados en Trinidad, mientras que Pinar del Río declaraba su primer caso el 16 de marzo en el municipio de Viñales, una ciudadana belga.
Pero el país se había preparado aceleradamente, porque el siete de enero los científicos chinos identificaron el virus, posteriormente bautizado como SARS-CoV-2, y a la nueva enfermedad la denominaban COVID-19 por la OMS. Cuba el tres de febrero comenzó la primera etapa de la capacitación para los profesionales de la salud y trabajadores de los organismos de la Administración Central del Estado en los temas de bioseguridad.
El 12 de febrero se creó el Grupo de Ciencia para el Enfrentamiento a la COVID-19; el 17 y el 26 del mismo mes se establecieron, respectivamente, el Observatorio de Salud COVID-19 y el Comité de Innovación. Luego el 28 de febrero se aprobaron los primeros cinco proyectos de investigación para la COVID-19 y el primero de junio ya se desarrollaban 460 investigaciones, de ellas 85 dirigidas por el Grupo de Ciencia del Grupo Técnico Nacional.
Una interpretación de estas fechas y datos muestran cómo es posible que Cuba pudiera enfrentar la agresiva pandemia con daños mínimos, comparados con el resto de los países de América Latina y de muchos desarrollados.
Porque no se puede obviar que la estrategia de los vecinos se incrementó con medidas coercitivas y utilizaron las circunstancias para obtener ganancias políticas, lacerando la economía del pequeño país.
Pero no pudieron someter a los cubanos, no pudieron buscar un alto crecimientos de casos enfermos en el país y menos hacer colapsar los hospitales.
La respuesta fue atender a los nacionales con la mejor calidad permitida, incluso a los extranjeros presentes en el país, mantener a los más de 28 000 colaboradores que hay en 59 países y encima de eso formar 34 brigadas médicas integradas por más de 2500 cooperantes ofreciendo sus servicios de manera solidaria para mitigar el impacto de la pandemia en 26 naciones, a pedido de sus respetivos gobiernos.
Pinar del Río como parte del sistema, se incorporó con las instrucciones nacionales, enriquecidas con decisiones provinciales e incluso con las propias de los municipios, porque de 11 que tiene, en seis estuvo presente la epidemia: Pinar del Río, Consolación de Sur, Guane, Viñales, San Luis y Mantua.
Del total, de los 52 casos 24 fueron de sexo masculino y 28 femeninos. De ellos 37 adultos, 15 hombres y 22 mujeres. En el caso de los niños, nueve fueron varones y seis niñas. Y un tuvo ningún fallecimiento.
En la etapa, 21 fueron asintomáticos, para el 40,4 por ciento, de ellos 13 en Guane, cinco en Pinar del Río, dos en Consolación del Sur y uno en Mantua, y solo cuatro casos tuvieron fuente de infección no precisa.
En estos momentos el riesgo está presente, la frontera sanitaria en Bacunagua puede vigilar, pero no impedir que penetre un contagiado asintomático, por eso corresponde a los pinareños no abandonar las medidas y menos confiarse.
Hay que trabajar, producir y mantener el aislamiento físico recomendado, parece una paradoja, pero no, si hay responsabilidad todo fluye, hasta lo más contradictorio.
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