Reprograman el proceso de nominación de candidatos
- Yolanda Molina Pérez
- Provinciales
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Este es uno de los impuestos que todas las personas debemos abonar en algún momento de nuestras vidas cuando nos piden que compremos uno o varios sellos del timbre para realizar cualquier trámite. Este tributo, que a veces no identificamos como tal por su forma tan peculiar de hacerse efectivo —además de que los sellos del timbre los compramos en los correos o en el banco en algunos casos—, grava todos los documentos públicos relativos a certificaciones, trámites y licencias que establecen las autoridades competentes de los organismos del Estado, los cuales suman más de 300 de acuerdo con la legislación vigente.
La cuantía del impuesto sobre documentos, o sea, la cantidad y valor de los sellos a utilizar, depende tanto de la complejidad del documento que queremos oficializar como su frecuencia. Un buen ejemplo es el carné de identidad, que todo ciudadano debe portar, y para emitirlo es preciso llevar a las oficinas de registro los correspondientes sellos del timbre.