Confeccionar nasobucos en tiempos de coronavirus es para Mirian Felipe, maestra jubilada de La Palma, su modo de aporte para evitar la propagaciòn de la enfermedad. Sus dìas transcurren entre el sonido de la maquina y el ir venir de los vecinos agradecidos por su labor.
Para esta palmera, la necesidad de hacer este aditamento sanitario generalizado para pequeños y grandes, es lo más importante en su vida cotidiana. Desde los primeros momentos se puso en contacto con el organizador de la zona y muy rápido apareciò hilo y tela, porque el arte restantes lo pone con sus manos.
La profesionalidad como maestra la impregna en el oficio, ahora contingencia en estos dias; para Mirian este serà un capitulo de la historia que recordarà con orgullo.
“Cuando pase el tiempo recordarè este capitulo de mi vida como algo ùtil que hice para mis familiares y vecinos”
Mirian es una de las más de 90 palmeras que hoy, desde sus casas, apoyan en el esfuerzo de que todos cumplan la medida de llevar el nasobuco. Sencilla y afable sus vecinos la recordaràn porque en tiempos de coronavirus sus manos aportaron a la salud colectiva.
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