El joven doctor Cristian Jesús Aras, del municipio de Pinar del Río, nunca pensó cambiar su profesión. La realidad y las actuales circunstancias le impusieron un nuevo reto, ejercer como mensajero del edificio 81donde vive una de la zona de control de focos del edificio en el reparto Hermanos Cruz.
Aunque este oficio es transitorio reconoce la importancia del mismo.
“Soy residente de primer año de medicina general integral y nunca pensé ver tan de cerca una enfermedad de este tipo; mucho menos dejar de ejercer o cambiar de profesión”.
Cada mañana se levanta bien temprano para brindar ayuda a 10 familias de las familias que conviven en su edificio.
“Soy el mensajero de una de las escaleras del edificio donde vivo. Cuando conversaron conmigo sin dudar acepte es otra forma de sentirme útil”.
El cambio
“Es algo nuevo, no estoy adaptado a tratar con tantos números, a llevar tables de alimentos; el cambio es bastante grande. Lo hago con gusto porque es otra forma de cuidar la salud de los demás”.
El temor.
“En ocasiones nos da un poco de miedo en especial por la familia. Yo estaba trabajando en otra zona de control de focos positivos al nuevo coronavirus. Es diferente no pensamos ver de cerca una enfermedad así recién graduados, pero nos imponemos a este temor, sabemos que vamos a vencer”.
El joven doctor Cristian Jesús Aras, conoce la importancia del transitorio oficio que ejerce por estos días, sabe que esta representa otra forma de salvar vidas.
Junto a otros dos jóvenes, desanda las escaleras varias veces al día, repartiendo diferentes productos a las personas que permanecen confinadas en sus hogares, medida necesaria para detener la propagación y el contagio de la COVID_19.
De jóvenes como el dijera el Che constituyen la arcilla fundamental de nuestra obra.
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