Cada día alrededor de las 11 de la mañana, profesores de Cultura física se dirigen al restaurante de la familia, en busca de almuerzos y comidas que trasladarán hasta las viviendas de adultos mayores que no pueden exponerse al contagio de la COVID-19.
Este grupo de personas vulnerables al nuevo coronavirus, esperan en sus portales la llegada de los más jóvenes.
René Porras García, metodólogo de Relaciones nacionales hizo referencia a su experiencia personal: “Yo recorro a diario un kilómetro, le llevo los alimentos a dos mujeres con trastornos siquiátricos.
Cada mañana converso con ellas, siempre manteniendo la distancia y cumpliendo con las normas higiénicas establecidas.
Hasta ahora se han portado muy bien conmigo, un trato amistoso, se va dando una relación familiar”.
Sandy Seara Portales, metodólogo de Superación en el Instituto Nacional de Deportes, Educación Física y Recreación (Inder), es otro de los profesionales que adecuó su perfil ocupacional ante las nuevas variantes que impone la actual pandemia.
Esta vez le correspondió atender al abuelo “Kolá”, así lo nombran todos en la localidad Minas.
En estos días el abuelo me dijo, "profe ya lo quiero como si fuera un hijo", son palabras que conmueven.
De metodólogo pasé a ser un mensajero que sirve a un anciano, es algo que aporta mucho a mis valores, me hace ser más sencillo y humilde”, acotó.
Osvaldo García Valdés, cocinero del Sistema de Atención a la Familia (SAF) expresó que la dieta de alimentos que consumen los adultos es balanceada en cada una de las entregas.
La calidad es aceptable, “sin quejas hasta la fecha”, a la vez que implementan todas las medidas higiénico- sanitarias para combatir al virus.
Los esfuerzos de la Revolución Cubana son enormes en las actuales circunstancias, estar al lado de los más necesitados, ayudarlos a que sus días sean más agradables y duraderos, es uno de los objetivos trazados desde los ideales fundacionales de Fidel Castro Ruz.
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