La situación higiénico epidemiológica confabulada con el clima se convierte en una verdadera bomba de tiempo y si la participación social es negativa, entonces los perjuicios son peores.
En una reciente sesión del Consejo de la Administración Provincial el doctor Miguel Gómez Cruz, subdirector de Asistencia Médica de la provincia, para graficar la situación de los arbovirus decía: Tenemos al enemigo en nuestra propia casa y tenemos que eliminarlo.
Y efectivamente el temible Aedes aegypti comparte nuestra convivencia y es conocido que produce dengue, zika, chikungunya y fiebre amarilla. En el caso del dengue, el serotipo que circula en Cuba tiene el inconveniente que si lo adquiere una persona que anteriormente ha sido infestada, los resultados pueden ser fatales.
En la misma reunión el doctor Andrés Villar Bahamonde, subdirector provincial de Higiene y Epidemiología, exhortó igualmente a que los pinareños tengan percepción de riesgo y eso significa el saneamiento de los hogares, porque se sabe que el vector se encuentra en los recipientes habituales y además en todo receptáculo de agua, sin importar su tamaño, el mosquito necesita una cantidad mínima para reproducirse.
Además de eso, cada persona debe preocuparse por su salud y a la menor fiebre acudir al médico para que lo diagnostique y para eso están abiertas las puertas de los consultorios y policlínicos.
Hay muchas personas que no contribuyen con los operarios de la campaña y en casos, son ellos mismos los que no lo hacen con calidad. Sumado e ello el déficit de trabajadores en su plantilla como es el caso del territorio capitalino.
El municipio Pinar del Río aporta el 85 por ciento de la focalidad, excepto los municipios Mantua, Minas de Matahambre, Viñales, La Palma y Guane, el resto reporta positividad.
Otros problemas presentes son el caso de San Luis que incumplió al cierre de febrero; por otro lado la provincia acumula 326 manzanas positivas, con 143 que reiteraron la focalidad para un 43,9 por ciento y en esa estadística aparece el municipio capitalino con mayor incidencia.
Para que se tenga una idea del riesgo en los hogares, es que los focos se detectan en el 74,4 por ciento de los depósitos de almacenamiento de agua, y si sumamos la irresponsabilidad administrativa los peligros son mayores. En el CAP se informó que 27 centros de trabajo tienen focalidad, con 14 Pinar del Río, dos de Los Palacios, siete San Juan y Martínez, dos de Consolación del Sur e igual cantidad de San Luis.
La proximidad con la capital del país y el flujo de visitantes incrementan el riesgo de enfermedad asociadas con el mosquito, pero si cada cual se ocupa de su hogar, difícilmente pueden entrar.
Todos conocen las medidas, pero como existen problemas reales como el derramamiento de agua, la incapacidad manifiesta de proteger los recipientes entonces se imponen las acciones higiénicas.
El doctor Villar no solo se refirió al mosquito, sino a otras acciones que atender como las enfermedades diarreicas agudas y respiratorias, que la población puede intervenir, en el caso de las primeras una medida de protección es la adquisición del hipoclorito en las farmacias, independientemente de que los acueductos estén clorando.
En el caso de las respiratorias, cuando se trata de niños, ancianos y embarazadas se impone la asistencia al médico, porque la automedicación es peligrosa y el clima no es el más satisfactorio.
Si el peligro del mosquito está en la propia casa, las enfermedades de trasmisión sexual están en el cuerpo y la responsabilidad de que no entre en el cuerpo es de cada uno, porque al parecer no se utilizan los medios de barrera como el condón, según se observa.
Aunque la mayor preocupación está en el SIDA, porque es letal y la principal diana está en la juventud, y en estos momentos la incidencia es del contacto sexual desprotegido.
Una población sana es feliz; el sistema de salud contribuye a reparar el cuerpo, pero cada uno tiene que contribuir a alejar la enfermedad, siempre que sea evitable.
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