En la UBPC Julián Alemán se destinan las tierras del tabaco para la producción de alimentos. La obtención de posturas en túneles agiliza su reutilización y acorta el ciclo de entrega de las cosechas. El compromiso contraído, demanda del esfuerzo de sus asociados. Entre ellos se distingue un operador de tractor, que asumió el regadío de 20 hectáreas de tierra, labor que desempeñaban cuatro trabajadores y ahora Zenobio rinde por ellos.
En uno de los viajes a la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Julián Alemán, centro principal del proyecto de tabaco virginia que se gesta en Cuba, conocimos a uno de sus socios, un hombre de facciones nobles, pocas palabras y mirada fija. Es Zenobio Ramírez, quien lleva alrededor de dos décadas en esta cooperativa.
Por estos días en que concluye la campaña de tabaco y las tierras se destinan a producir alimentos, este campesino multiplicó sus horas de trabajo para garantizar el regadío: “Mi jornada laboral comienza en la madrugada. Me levanto muy temprano, sobre las tres de la mañana para situar los enrolladores que garantizan los cultivos sembrados. Es una ardua labor, estoy sustituyendo a cuatro personas, el trabajo lo realizo yo solo”, afirma.
Su jornada laboral es ahora más extensa, cuando el sol asoma en el horizonte Zenobio ya tiene extendido los sistemas de regadío en 20 hectáreas de tierra. A su dedicación suma el aprendizaje que le posibilita el uso eficiente de la moderna tecnología que se importó para para desarrollar el proyecto de tabaco virginia.
“En estos momentos estoy atendiendo siete enrolladores, cada uno viene para 10 hectáreas. En estos momentos el riego se da pesado producto a que la seca está muy brava. Son sistemas que requieren de conocimientos. Lo hecho a andar todo y después reviso cada cañón que tiene que girar con el ángulo adecuado, 45 grados. Para mi lo que hago tiene una gran importancia, estoy cumpliendo con mi responsabilidad y aportan a mi país para seguir adelante.”.
Muchas horas al día anda sobre un tractor desandando campos cultivables, sin embargo, en su rostro no se aprecian signos de cansancio.Es un cubano comprometido con su país. No escatima esfuerzos para lograr su meta diaria.
“No hay de otra. Mi respuesta es seguir para adelante y dar de mi todo. Soy cubano de corazón y tengo conciencia de lo que me toca hacer por mi patria”, define Zenobio Ramírez
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