La provincia de Pinar del Río tiene el reto de construir 3001 viviendas en el presente año, cifra que triplica la cantidad de inmuebles que hasta la fecha se construían en el territorio vueltabajero de forma anual.
Un desafío para la Vivienda, sector inversionista, pero también para los demás organismos implicados, donde las industrias locales de materiales de la construcción constituyen factor decisivo como complemento imprescindible de la producción a gran escala.
Bloques, ladrillos, conexiones de barro, tejas, áridos, elementos de piso, marcos de hormigón y tablillas de madera son algunos de los recursos que deberán continuar produciendo las localidades, a fin de cumplir lo planificado.
En cada municipio existen estructuras de este tipo, no obstante, los decisores pudieran valorar la posibilidad de establecer otras en correspondencia con los recursos naturales existentes, el reciclaje de materias primas y demás capacidades de las regiones vueltabajeras.
De manera que, las familias que construyan por la vía del subsidio o el esfuerzo propio, tengan mayores facilidades en cuanto a proximidad a las materias primas, lo que a su vez implica una disminución del monto a pagar por concepto de transportación.
En tal sentido, resulta necesario continuar la producción y diversificación de estos, sin perder de vista la calidad, pues más allá de la cantidad –que es determinante- la eficacia de los recursos añade valor a las construcciones.
Sin dudas, la edificación de 3001 viviendas en solo doce meses constituye un desafío, que requiere de muchas manos para poder cumplir, más que con fecha y números, con el pueblo.
Cada organismo vinculado a este plan tiene responsabilidades. Toca a las industrias locales de materiales de la construcción, complementar las producciones de la industria grande, para que haya estabilidad de los elementos constructivos en el mercado, pues, objetivamente, no se puede construir sin recursos.